Este viernes 13 de junio a las 19 horas, el dolor volverá a tomar forma de marcha. En las ciudades de Corrientes capital, Goya y 9 de Julio —el pueblo que vio nacer y desaparecer a Loan Peña—, familiares, vecinos y organizaciones de derechos humanos saldrán a las calles para exigir justicia y mantener vigente una pregunta que lleva un año sin respuesta: ¿Dónde está Loan?
Loan Peña tenía cinco años cuando fue visto por última vez, el jueves 13 de junio de 2024. En un principio, las autoridades trataron su desaparición como un extravío en el monte, lo que derivó en intensos rastrillajes y búsquedas rurales. Sin embargo, a los diez días, el caso dio un giro drástico. La hipótesis de un secuestro con fines de trata de personas cobró fuerza, y la causa pasó del ámbito provincial a la Justicia Federal.
El expediente involucra a siete personas, entre ellas un ex comisario de la Policía de Corrientes, quien era jefe de la dependencia de 9 de Julio al momento de la desaparición. Está acusado de encubrimiento y de haber plantado pruebas para fortalecer la teoría del extravío, desviando así la investigación durante los primeros días clave.
Los siete imputados se encaminan hacia un juicio oral que promete ser uno de los más resonantes en la historia reciente de la provincia. Mientras tanto, el paradero de Loan sigue siendo un misterio. No hay pruebas concluyentes, pero las líneas de investigación se enfocan en una posible red de trata, lo que ha movilizado a organismos nacionales e internacionales que siguen el caso con preocupación.
Para la jornada del viernes, los convocantes piden a la ciudadanía llevar pancartas con la foto de Loan. “Su rostro no puede olvidarse, ni su nombre apagarse”, repiten familiares y allegados. Las marchas no solo buscan visibilizar el caso, sino también denunciar la negligencia institucional y exigir que la justicia avance con celeridad, transparencia y verdad.
El caso de Loan Peña ya no es solo el drama de una familia. Se ha convertido en símbolo de una herida abierta, de un Estado que llega tarde, y de una sociedad que, pese al dolor, no está dispuesta a olvidar.