En una investigación revelada por el medio El Disenso, se dio a conocer que el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) ha recibido al menos 1.383.767 dólares de la administración demócrata de Joe Biden, a través de subsidios otorgados bajo la modalidad de «grant». Sin embargo, nuevas informaciones indican que el apoyo económico extranjero es aún mayor, vinculado también a organizaciones como la International Planned Parenthood Federation (IPPF).
Entre 2008 y 2016, el CEDES habría recibido 190.202 dólares de la IPPF, una organización internacional conocida por financiar causas pro aborto y proyectos de extrema izquierda a nivel global. Esta relación económica entre el CEDES y organizaciones extranjeras ha desatado controversias en Argentina, especialmente porque varios de sus economistas han sido abiertamente críticos de las políticas del actual presidente, Javier Milei.
La acusación de los “econochantas”
La polémica se intensificó tras declaraciones del periodista Alejandro Fantino, quien desde su programa Multiverso Fantino en Neura apuntó directamente contra figuras como Roberto Frenkel, José María Fanelli, Martín Rapetti y Sebastián Katz. Los acusó de ser «econochantas» que promueven una devaluación mientras reciben ingresos en dólares, argumentando que sus intereses personales están vinculados a un dólar alto.
«Estos tipos viven de vender informes afuera. Cobran en dólares y con tres informes por mes se alquilan un yate en Rimini y ponen a cuatro odaliscas a bailar», ironizó Fantino. Además, sostuvo que los economistas buscan un dólar más caro para preservar su poder adquisitivo y que, a su juicio, «juegan para el gran empresariado argentino».
Fantino también destacó que estos economistas operan con un relato que, bajo la apariencia de análisis técnico, busca desestabilizar la economía nacional. «Cuando Milei habla de ‘econochantas’, habla de estos», afirmó.
El financiamiento extranjero y las críticas al CEDES
El dinero recibido por el CEDES de la administración estadounidense y la IPPF ha sido otorgado bajo la modalidad de «grant», lo que significa que no se requiere una contraprestación directa de bienes o servicios. Esto, según los críticos, permite a estas organizaciones influir en las actividades del CEDES sin rendir cuentas a la sociedad argentina.
«Estos subsidios no son pagos por servicios realizados; son financiamientos destinados a actividades que Washington y otras entidades internacionales consideran de interés público», destacó El Disenso en su investigación. Sin embargo, para los detractores, estas actividades atentan contra la estabilidad macroeconómica del país.
Reacciones del CEDES y el debate político
Los economistas vinculados al CEDES rechazaron rápidamente las acusaciones, calificándolas como infundadas y malintencionadas. En redes sociales, defendieron su labor como académicos independientes y argumentaron que los fondos internacionales recibidos son legítimos y destinados a proyectos de investigación reconocidos.
No obstante, el debate en torno al CEDES ha trascendido lo económico, generando un enfrentamiento político entre el gobierno de Javier Milei y sectores críticos vinculados al ámbito académico. Mientras los defensores de Milei acusan al CEDES de operar como una herramienta de desestabilización financiada desde el extranjero, los economistas y sus aliados argumentan que estas denuncias buscan desacreditar a quienes cuestionan la política económica del oficialismo.
Un caso que pone en evidencia tensiones políticas y económicas
La controversia sobre el financiamiento del CEDES refleja las tensiones entre el gobierno de Javier Milei y sectores de la academia y el empresariado. Más allá de las ironías de Fantino y las cifras reveladas, este caso expone la creciente polarización en torno al rumbo económico de Argentina y la influencia de actores extranjeros en el debate público.
Con las acusaciones de «econochantas» en el centro del debate, la polémica sobre el CEDES promete seguir alimentando la grieta política y económica en el país.