El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dejó en claro su postura frente a los rumores de privatización de Aerolíneas Argentinas por parte del gobierno de Javier Milei. Durante una conferencia de prensa, Kicillof manifestó que no permitirá el desmantelamiento de la aerolínea estatal, y anticipó que su administración está dispuesta a tomar medidas para garantizar su continuidad bajo control estatal.
«Si el gobierno nacional quiere vaciar o vender Aerolíneas Argentinas, la Provincia de Buenos Aires no lo va a permitir», aseguró Kicillof, quien también destacó la supuesta “importancia estratégica” de la aerolínea como motor de desarrollo, conectividad y empleo.
Un choque de visiones
El planteo de Kicillof marca un nuevo punto de tensión entre el oficialismo nacional y la oposición kirchnerista, particularmente en torno a la gestión de empresas públicas. Mientras el gobierno de Javier Milei considera que Aerolíneas Argentinas, con su creciente déficit, debe reestructurarse, privatizarse o transferirse a los trabajadores, Kicillof sostiene que su venta sería un «retroceso económico y simbólico» para el país.
El gobernador bonaerense, acompañado por representantes sindicales, enfatizó que la aerolínea genera 81.000 empleos directos e indirectos y un impacto positivo de 2.665 millones de dólares en sectores como el turismo, según cálculos de su equipo.
¿Intervención bonaerense?
Aunque no dio detalles sobre cómo la provincia asumiría el control de Aerolíneas, Kicillof señaló que su gobierno está evaluando posibles caminos para intervenir en caso de que la administración de Milei decida avanzar con la venta.
«Estamos a la espera, pero preparándonos para una decisión que eventualmente tomará el gobierno», sostuvo, dejando abierta la posibilidad de un enfrentamiento institucional si el Ejecutivo nacional concreta sus planes.
La deuda histórica de Aerolíneas
Desde su reestatización en 2008, Aerolíneas Argentinas ha acumulado millonarias pérdidas, que han generado críticas por su ineficiencia y su carga sobre las arcas públicas. Según sus detractores, la aerolínea ha sido manejada como un bastión político más que como un activo estratégico.
El gobierno de Milei ha señalado que la privatización o transferencia de la compañía podría reducir el gasto público y abrir el sector aéreo a mayor competencia. Sin embargo, estas propuestas enfrentan fuerte resistencia de sectores políticos y sindicales que defienden su carácter estatal.
Impacto político y económico
El debate sobre Aerolíneas Argentinas no solo refleja una disputa ideológica entre dos modelos de gestión estatal, sino que también pone en juego el futuro de miles de empleados y su impacto en la conectividad del país.
Con Kicillof dispuesto a intervenir y el gobierno nacional avanzando en sus planes de reestructuración, el futuro de Aerolíneas Argentinas se perfila como uno de los principales focos de conflicto político en el corto plazo.