Este domingo no es un día más para Carlos Salvador Bilardo. El exentrenador de la Selección Argentina y una de las figuras más icónicas en la historia de Estudiantes de La Plata cumple 87 años. Su legado en el fútbol sigue intacto, y en esta ocasión, su celebración se da en un contexto especial: un reencuentro histórico con sus viejos compañeros y dirigidos, a 42 años de la conquista del Campeonato Metropolitano de 1982.
Bilardo, quien padece síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y la estabilidad, será acompañado en su día por su familia y algunos de sus amigos más cercanos. Su hermano Jorge relató que, a diferencia de años anteriores, cuando el ‘Narigón’ solía esquivar los festejos, en esta ocasión pasará el día en casa rodeado de sus seres queridos.
“Antes no hacía fiestas, no hacía un carajo. Se iba, desaparecía, no le gustaba. Pero ahora está encerrado en la casa: Navidad, Año Nuevo… Mi cumpleaños también lo pasamos juntos”, contó Jorge.
Un reencuentro que moviliza a Estudiantes
El regreso de figuras clave como Miguel Ángel Gette, Claudio Gugnali, Hugo Gottardi, Miguel Ángel Lemme, Julián Camino, José Daniel Ponce y Sergio Gurrieri a la órbita de Estudiantes remueve recuerdos imborrables. Todos ellos fueron piezas fundamentales en aquel equipo que, bajo la conducción de Bilardo, se consagró campeón del Torneo Metropolitano de 1982, título que cimentó el camino del ‘Narigón’ hacia la Selección Argentina y, posteriormente, la Copa del Mundo de 1986.
La vuelta de estos nombres históricos no solo es una muestra del respeto y cariño que Bilardo sigue despertando en el mundo del fútbol, sino que también es una señal de la importancia que su legado tiene en la identidad de Estudiantes.
Fútbol hasta el final: la pasión intacta de Bilardo
Pese a su enfermedad, Bilardo no ha perdido su esencia. “Está ahí. Ojo, ve, se baña, todo. Pero bueno, está con este problemita”, detalló su hermano. Aun así, su pasión por el fútbol sigue intacta. “Vamos a comer algo, después seguro miramos los partidos del domingo… Qué se yo, hasta las siete u ocho seguro nos quedamos”, agregó Jorge, quien también contó que cada 15 días lo visitan jugadores de la Selección del ‘86, como Oscar Ruggeri y Jorge Burruchaga.
Pero si hay algo que ni el paso del tiempo ni la enfermedad lograron borrar, es la forma en la que Bilardo sigue analizando el juego. “Hablamos de fútbol toda la vida. No necesitamos hablar a esta altura: cuando el 4 se la da al 2, después al 6… ¡cuando se juega una pelota desde el medio al arquero! Ahí nos miramos y nos entendemos, ¡madre mía!”, confesó Jorge.
Así, en un día de emociones y reencuentros, Bilardo sigue siendo el mismo de siempre: un estratega incansable, un símbolo eterno del fútbol argentino y una referencia imborrable para varias generaciones.