Aunque no estará lista para el inicio del invierno, avanza rápidamente la obra de reversión del Gasoducto del Norte Argentino (GNA), fundamental para asegurar el suministro de gas en siete provincias del centro y norte de Argentina. Financiada con un crédito de USD 540 millones otorgado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), esta iniciativa es crucial en la transición energética del país. El proyecto permitirá modificar el flujo del gas, ahora desde sur a norte, aprovechando la producción creciente de gas no convencional de Vaca Muerta, en la Cuenca Neuquina.
El GNA suplirá el declinante aporte de gas de Bolivia, que ya no logra satisfacer su propia demanda, como lo evidencia la reciente militarización de estaciones de servicio en ese país ante la escasez de combustibles. Argentina es el principal receptor de créditos del CAF, con una cartera acumulada de USD 5.504 millones, destacándose por su relevancia en la estrategia de transición energética de la región.
La obra, supervisada por Enarsa y ejecutada por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) formada por Techint y Sacde, beneficiará a provincias como Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, Salta, Jujuy, La Rioja y Córdoba. Con un presupuesto total de USD 720 millones, se espera que la reversión del GNA esté concluida para finales de agosto, mejorando significativamente la cobertura del consumo gasífero nacional.
Este proyecto responde a una necesidad anticipada desde hace tiempo, marcando un hito en la infraestructura energética argentina y fortaleciendo la autonomía en el suministro de gas.