En una resolución que estremeció a la provincia de Misiones y sacudió al ámbito político local, el Tribunal Penal N°1 de Posadas condenó al exdiputado provincial Germán Kiczka a 14 años de prisión por la tenencia y distribución de material de abuso sexual de menores. Su hermano, Sebastián Kiczka , fue sentenciado a 12 años por los mismos delitos.
El fallo, dictado por los jueces Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Antonio Yaya , se dio a conocer luego de una extensa audiencia de más de doce horas, en la que la Fiscalía presentó pruebas concluyentes sobre el accionar de los imputados. Los fiscales Martín Alejandro Rau y Antonio Vladimir Glinka expusieron que en las computadoras de los acusados se encontraron más de 100 archivos de contenido ilegal, incluyendo imágenes de menores en prácticas aberrantes, como zoofilia .
Glinka detalló que dentro de los dispositivos se encontraron carpetas personales a nombre de Germán Kiczka y mensajes inquietantes, uno de los cuales decía: “No te vuelvas a acercar a mi hija, te perdono, pero no te vuelvas a acercar porque te denuncio” . Según se informó, la persona que escribió ese mensaje ya falleció.
Un juicio con testimonios claves y tensiones políticas
El proceso judicial, que comenzó el 31 de marzo y se extendió hasta el 15 de abril, incluyó el testimonio de más de 60 testigos. Algunas jornadas fueron a puertas cerradas debido a la gravedad del caso y la necesidad de proteger la integridad de las víctimas, algunas de las cuales eran menores de 13 años .
Durante su defensa, Germán Kiczka sostuvo su inocencia y denunció una presunta “ persecución política ” por su oposición al oficialismo misionero. Admitió haber consumido pornografía, aunque negó que el material incluya menores de edad. También se refirió a su canal de YouTube, “El show de magia con el Tío Germán” , alegando que se trataba de una actividad familiar orientada al entretenimiento infantil.
Sebastián Kiczka, por su parte, reconoció la tenencia del material ilegal pero intentó justificarse alegando una “ compulsión psicológica ” y desconocimiento de la ilegalidad de sus actos. Su defensa solicitó la aplicación del error de prohibición , una figura jurídica que fue desestimada por el tribunal.
Sospechas, contradicciones y futuras investigaciones.
Además del veredicto, la fiscalía pidió investigar por falso testimonio al padre de los imputados, Leonardo Kiczka , y solicitó que se indague al diputado nacional Pedro Puerta por no haber presentado a declarar. El juez Miguel Ángel Faría , de Apóstoles, fue quien inició la causa a partir de un rastreo de la dirección IP que reveló el uso de la computadora en el domicilio de los Kiczka.
El intento de desligar responsabilidades fue parte de la estrategia defensiva. El abogado de Germán Kiczka sostuvo que el único usuario del equipo era Sebastián, aunque las pruebas periciales señalaron lo contrario. Germán llegó a sugerir que le habían “ plantado un pendrive ” con el contenido, versión que no logró sostenerse ante la contundencia de las evidencias.
El caso Kiczka marca una clave precedente en la lucha contra los delitos sexuales digitales y exhibe cómo el poder político no puede blindar a quienes cometen crímenes atroces. La sociedad, en tanto, espera que estas condenas sean el inicio de un cambio profundo en la forma en que se investigan y castigan estos hechos en Argentina.