El Tribunal Oral Federal N.º 2 resolvió este martes que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner cumpla su condena a seis años de prisión por corrupción en su domicilio, ubicado en la calle San José 1111, barrio porteño de Monserrat. La decisión llegó tras el fallo de la Corte Suprema que ratificó la sentencia dictada por el TOF 2 en el marco de la causa Vialidad.
Como parte de las medidas impuestas, Kirchner deberá portar una tobillera electrónica para monitoreo constante, instalada por el Ministerio de Seguridad de la Nación a través de la Dirección de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica. Además, tendrá restricciones en sus movimientos y en la cantidad y tipo de visitas permitidas, aunque aún no se difundieron detalles públicos del régimen autorizado.
Con esta resolución, se evita su traslado al penal de Ezeiza, donde debía presentarse este miércoles, y se da lugar al pedido de su defensa por razones de edad y salud. No obstante, la medida no altera el carácter penal de su condena, que incluye también la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. La situación será revisada periódicamente por la Justicia, y cualquier incumplimiento podría modificar el beneficio.
Desde el entorno de Kirchner no se emitieron declaraciones, mientras que sectores del oficialismo analizan movilizaciones simbólicas en respaldo a la líder del kirchnerismo. Por su parte, desde la oposición se advirtió que la prisión domiciliaria no debe implicar “ningún tipo de privilegio político”.