La ciudad de Paso de los Libres será este sábado el epicentro de un hecho político de alcance nacional: la reaparición pública de Cristina Fernández de Kirchner en territorio correntino, luego de más de una década sin visitar la provincia. Lo hará como presidenta del Partido Justicialista (PJ) Nacional para encabezar un acto en respaldo a la candidatura a gobernador de Martín “Tincho” Ascúa, intendente local y reciente ganador de las internas partidarias en una estructura que, hasta hace pocos meses, estuvo intervenida durante seis años.
Pero la visita no es sólo un espaldarazo a un dirigente local. Es una jugada política cuidadosamente calculada. Cristina, luego de haber sido marginada de la estrategia electoral porteña que buscó “deskirchnerizar” al peronismo en Capital Federal, vuelve a tomar la iniciativa. La derrota de Leandro Santoro terminó por darle la razón: sin ella, el electorado peronista no se sintió convocado. Ahora, la elección del 31 de agosto en Corrientes se presenta como una oportunidad para recuperar centralidad, liderazgo y presencia territorial.
El acto será a las 15 horas en el Anfiteatro Carlos Gomes. Allí, Cristina buscará consolidarse como arquitecta de la unidad peronista, dando un mensaje nítido: el PJ Nacional está comprometido con sus provincias y no cederá protagonismo en ninguna alianza electoral. Con guiños históricos y apelaciones emocionales, la ex presidenta buscará reactivar a una militancia golpeada y alimentar las esperanzas de que, tras años de hegemonía radical, el peronismo pueda volver a gobernar Corrientes.
Además, la visita se da en un contexto judicial complejo para CFK. La Corte Suprema estaría en las puertas de dar a conocer un fallo clave en una de las causas que la involucran. El momento del anuncio judicial no es menor, ya que Cristina —si resultara electa en algún cargo— adquiriría fueros a partir del 7 de septiembre. Mientras tanto, la exposición pública y el regreso al ruedo electoral le dan volumen político y cobertura institucional.
En el plano interno, su decisión también se inscribe en la pulseada con Axel Kicillof por el liderazgo del espacio. El gobernador bonaerense, fortalecido en su distrito, ha dado señales de querer asumir una proyección nacional que no convence del todo a CFK. La reciente jugada de Massa en el Senado bonaerense, dejando caer el quorum necesario para la reelección indefinida de legisladores, expuso la fragilidad interna del armado peronista y la necesidad de una conducción clara.
Por eso, Cristina elige volver a escena desde una provincia históricamente esquiva, pero con alto valor simbólico. Paso de los Libres, con su peso estratégico y su actual gestión peronista, se convierte en la plataforma perfecta para relanzar su protagonismo político.
Las críticas no se hicieron esperar. El gobernador radical Gustavo Valdés ironizó sobre la visita, recordando que la última vez que Cristina estuvo en la provincia fue hace más de una década. También cargó contra el candidato Ascúa, cuestionando la gestión de su ciudad y relativizando su discurso de “limpiar Corrientes”.
Aun así, en el PJ correntino la visita es leída como un respaldo enorme. Ana Almirón, presidenta del partido a nivel provincial, subrayó el valor de la unidad. Dirigentes como Christian Zulli y Víctor Giraud coincidieron en que la presencia de Cristina es “una inyección de energía” para una militancia que empieza a ilusionarse con la posibilidad de recuperar la provincia.
El acto de este sábado será solo el inicio. Cristina planea volver al territorio correntino al menos dos veces más antes de las elecciones, con el objetivo de recorrer otras zonas de la provincia y afianzar una candidatura que, de consolidarse, podría marcar un punto de inflexión en la reconstrucción del peronismo desde abajo hacia arriba.