La confirmación de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner como legisladora bonaerense por la tercera sección electoral en las elecciones del próximo 7 de septiembre no pasó desapercibida. Como cada uno de sus pasos políticos, generó una oleada de reacciones tanto en rechazo como en respaldo, cruzando todo el arco político y social.
Desde los sectores más críticos, la postulación fue calificada como una estrategia para obtener fueros y evitar una posible detención por las causas judiciales que enfrenta. El diputado nacional de La Libertad Avanza, José Luis Espert, fue uno de los primeros en manifestarse. En LN+ lamentó no poder «enfrentarla a nivel nacional» y lanzó una dura acusación: «Es una chorra maldita». En ese tono, sostuvo que lo que Cristina y Néstor Kirchner hicieron con Argentina constituye «un verdadero genocidio económico y sociocultural».
También se expresó la diputada nacional Margarita Stolbizer, quien advirtió que si la Corte Suprema avanza con el rechazo de los recursos presentados por la defensa de la expresidenta, las condenas en su contra podrían quedar firmes, inhabilitándola para cualquier candidatura. «Busca fueros», sentenció.
En redes sociales, referentes libertarios e influencers reforzaron esta mirada. El usuario «Fran Fijap» afirmó que la exmandataria «va a esconderse en La Matanza», mientras que Iñaki Gutiérrez, asesor de Javier Milei, sostuvo que «este año se juega el futuro de la Argentina» y que la elección se resume en «kirchnerismo o libertad».
Frente a esta embestida, el oficialismo cerró filas en defensa de su líder. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, destacó el gesto de Cristina como una demostración de compromiso ante “la hora más dramática del pueblo”. Desde Unión por la Patria, Julia Strada definió la entrevista en la que la expresidenta oficializó su postulación como “una clase de política” y elogió su lectura del peso electoral de la provincia.
El senador Oscar Parrilli reforzó la idea del compromiso colectivo al declarar que Cristina «sabe cuál es el lugar donde puede ser más útil» y que su decisión demuestra por qué sigue siendo «la número uno de la política argentina». Por su parte, Julián Domínguez, exministro de Agricultura, subrayó que la decisión de postularse es “un acto de coraje militante y de profundo desprendimiento”.
Así, el regreso de Cristina Kirchner a la competencia electoral, aunque en un plano provincial, vuelve a poner en tensión dos visiones contrapuestas sobre su figura: una narrativa de liderazgo popular frente a otra que insiste en vincular su protagonismo con eludir a la Justicia. Más allá de la polarización, el efecto de su postulación en el electorado y en el tablero político será, como siempre, significativo.