Hoy se cumplen cuatro años desde que el Chamamé fue inscripto en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, un reconocimiento que enaltece no solo a la música, sino también al modo de ser y vivir de quienes llevan esta tradición en el corazón.
Este año, la Fiesta Nacional del Chamamé lleva el título «Avío del Alma», una frase que captura profundamente el espíritu de esta manifestación cultural. Inspirado en las palabras del poeta Julián Zini, el concepto resalta al Chamamé como un sustento del alma, una expresión que va más allá de los acordes y las melodías para convertirse en un símbolo de identidad, memoria y pertenencia.
Cuando se elaboró el dossier para la UNESCO, se propusieron políticas para su promoción y preservación. Entre ellas, el fortalecimiento de la participación comunitaria, el fomento del diálogo y la sensibilización en torno a este patrimonio cultural. Hoy, esas propuestas se ven reflejadas en la multiplicación de peñas y espacios que celebran esta música en plazas, la costanera y distintos rincones de la región.
Un movimiento que crece y se enraíza
El Chamamé vive un momento de auge. Su música, danza y poesía han encontrado nuevos escenarios, consolidándose como una manifestación cultural viva que resuena con más fuerza que nunca. Este 2024, la Municipalidad de Corrientes y el Senado han reforzado su compromiso con este legado, reconociendo a destacados chamameceros y declarando el Día del Poeta Chamamecero, que se celebrará cada 20 de agosto en homenaje a Salvador Miqueri, un emblema de la poesía chamamecera.
Chamamé y Guaraña: lazos culturales indestructibles
El orgullo por nuestra identidad se potencia con la inclusión reciente de la Guaraña Paraguaya como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento no solo destaca la riqueza cultural de nuestros vecinos, sino que fortalece los lazos históricos y artísticos que unen a las culturas de Argentina y Paraguay.
Un legado que trasciende generaciones
Este cuarto aniversario es una invitación a reflexionar sobre el valor de nuestras tradiciones y a renovar el compromiso con la preservación del Chamamé. Su vibración eterna no solo conecta a generaciones pasadas con las presentes, sino que asegura un legado vivo y auténtico para el futuro.
Que el «Avío del Alma» continúe siendo ese sustento que alimenta nuestras raíces y nos impulsa a seguir danzando al compás de nuestra identidad cultural.
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