El expresidente Donald Trump cumplió con sus promesas de campaña al firmar un decreto que formaliza la retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La decisión, que ya había sido anticipada por su equipo, establece un giro significativo en la política de salud global del país y reafirma las críticas de Trump hacia la agencia sanitaria de las Naciones Unidas.
Detalles del decreto
Según informó la Casa Blanca, la orden ejecutiva suspende futuras transferencias de fondos, apoyo o recursos gubernamentales a la OMS. Además, dispone la reubicación del personal o contratistas estadounidenses que colaboraban con la organización y establece un proceso para identificar socios «creíbles y transparentes» que puedan asumir las actividades que antes desempeñaba la OMS.
Esta medida también refleja un esfuerzo por reorientar los recursos hacia iniciativas nacionales de salud y fortalecer la autonomía estadounidense en decisiones sanitarias globales.
Críticas a la OMS y las razones detrás de la decisión
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, Trump acusó a la OMS de favorecer a China y de encubrir la gestión inicial de la crisis sanitaria. En repetidas ocasiones, el expresidente calificó a la organización como una «marioneta» de Pekín, alegando que no cumplió con su deber de exigir responsabilidad al gobierno chino por la propagación del virus.
«La OMS no solo fracasó en su misión de proteger la salud global, sino que también facilitó, de manera consciente o no, el encubrimiento de una pandemia que costó millones de vidas», expresó Trump en reiteradas ocasiones.
La designación de críticos acérrimos de la organización en altos cargos, como Robert F. Kennedy Jr., refuerza la postura de su administración hacia un enfoque más nacionalista en la gestión de salud pública.
Implicaciones de la retirada
La salida de Estados Unidos de la OMS no solo representa una pérdida significativa de financiamiento para la agencia, sino también un debilitamiento de los esfuerzos multilaterales en salud global. Como uno de los principales contribuyentes financieros, la decisión de Estados Unidos podría limitar la capacidad de respuesta de la OMS ante futuras emergencias sanitarias y programas globales de vacunación.
A nivel interno, Trump aseguró que los recursos previamente destinados a la organización se redirigirán hacia iniciativas de salud nacionales y socios internacionales seleccionados, lo que algunos expertos interpretan como un intento de centralizar el control y la rendición de cuentas en manos del gobierno estadounidense.
Reacciones y divisiones
Mientras los aliados de Trump celebran la decisión como un acto de «independencia sanitaria», críticos y expertos en salud global, como Lawrence Gostin, profesor de la Universidad de Georgetown, advierten sobre las consecuencias negativas para la cooperación internacional.
«El retiro de Estados Unidos de la OMS crea un vacío en el liderazgo global en salud pública y envía un mensaje preocupante sobre el compromiso del país con el multilateralismo», afirmó Gostin.
En un escenario global cada vez más interconectado, la decisión de la administración Trump subraya las tensiones entre la política nacionalista y las necesidades de cooperación internacional. Los próximos meses serán cruciales para evaluar cómo este cambio impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo en la gestión de la salud pública.
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