El presidente del bloque de la UCR en el Senado, Eduardo Vischi, lanzó una dura crítica a la forma en que el Gobierno de Javier Milei intentó designar a los nuevos jueces de la Corte Suprema. En una entrevista con radio Sudamericana, el legislador correntino afirmó que la administración libertaria condujo un proceso “improvisado, sin diálogo y sin previsión”, que terminó destruyendo cualquier posibilidad de consenso para normalizar el máximo tribunal del país.
«Queda una sensación de angustia. Era una oportunidad histórica para fortalecer una de las instituciones más importantes de la República, y terminó siendo un ejemplo más de cómo no se deben hacer las cosas», expresó Vischi. Y fue tajante: «No se rechazaron los nombres, se rechazará la forma. Cansó la metodología».
El senador subrayó que ni siquiera los propios miembros del oficialismo estaban informados de quiénes eran los postulantes, al punto que el senador Francisco Paoltroni abandonó y fue luego expulsado del bloque de La Libertad Avanza por oponerse al mecanismo elegido por el Ejecutivo. «Esto demuestra el nivel de improvisación. Mandaron los pliegos sin avisar, sin construir ningún puente político, sin respetar los tiempos parlamentarios», detalló.
Pero el trasfondo de la discusión va más allá de la Corte. Vischi alertó que existen más de 170 pliegos judiciales detenidos mientras se acumulan más de 200 vacantes en la Justicia Federal , sin avances en designaciones clave como el Procurador General o el Defensor del Pueblo. «El Ejecutivo retiró pliegos apenas prometió y nunca los volvió a enviar. Es urgente que expliquen qué tipo de Justicia quieren construir, con qué presupuesto, y cómo piensan garantizar su funcionamiento», reclamó.
La crítica de Vischi no se limitó al procedimiento institucional. Habló también de una crisis de gestión política: «La Constitución exige los dos tercios para aprobar jueces, lo que implica necesariamente dialogar, tender puentes. Cuando eso no ocurre, lo que se impone es una lógica autoritaria, de imposición. Y así no se gobierna».
El radicalismo, aclaró, no se corre de su rol de opositor responsable. «Acompañamos medidas del Gobierno porque creemos que muchos cambios eran necesarios. Pero eso no implica convalidar errores ni decisiones unilaterales que rompan el equilibrio democrático. Cuando algo está mal, lo decimos», sostuvo. Y agregó: “El problema no es colaborar o no. El problema es que te cierren la puerta cada vez que intentás proponer algo distinto”.
Para el legislador correntino, lo más preocupante es el impacto de esta metodología en la sociedad. «La gente está cansada. Ya no alcanza con el discurso de la antipolítica, porque tampoco hay resultados concretos. Hay hartazgo por el maltrato institucional, por la confrontación permanente. Es momento de que se dejen de pelear y empiecen a resolver los problemas reales del país», sentenció.
Vischi advierte que la ausencia de consensos sostenidos no sólo afecta la vida política sino que profundiza el desgaste social. «Cuando se margina la política, se debilita el debate democrático. Y sin eso, lo que queda es autoritarismo o caos», finalizó.