En el organismo consideran que el ministro de Economía fue demasiado drástico en sus medidas monetarias. El representante del Fondo en la región ya había mostrado indicios de esta postura cuando le reclamó al Gobierno “revisar la calidad del ajuste”.
La política de ajuste extremo parece estar abriendo un foco de conflicto inesperado para el Gobierno. Más allá de la valoración positiva de las medidas de Javier Milei para bajar la inflación y reducir el déficit fiscal, en el Fondo Monetario Internacional (FMI) comienzan a advertir que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, fue demasiado drástico en el plano monetario, lo que podría empujar al país a una “hiperrecesión” con fuerte costo social.
En la previa de un nuevo viaje de Caputo a Washington para reunirse con representantes del organismo multilateral de crédito, el clima en el Palacio de Hacienda es de éxito rotundo: el equipo económico se entusiasma con un dólar que se mantiene estable por debajo de los $1000 y con una marcada desaceleración en los precios tras el fogonazo inflacionario de principios de año.
Estos índices son decididamente positivos para la mayoría de los analistas. Ahora bien, cada vez son más los expertos (incluso en el FMI) que advierten por el costado negativo de la situación.
Según explican a TN, la abrupta caída del dólar y la desaceleración de los precios ocurren como consecuencia de una fuertísima restricción monetaria, con Caputo “secando la plaza de pesos”.
Caputo junto a la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, durante una reunión en Brasil. (Foto: X / @Luiscaputoar)
Esto significa que la cantidad de dinero (la base monetaria, es decir, todo el circulante, incluido el efectivo y el dinero que se encuentra en las cajas de ahorro y cuentas corrientes de los bancos) se achicó drásticamente en lo que va de la gestión libertaria: cayó un 36% en términos reales.
Ahora bien, esto trae aparejados dos efectos. Uno, positivo, es la baja del dólar y de la inflación. Al haber menos pesos en la calle, son menos los que compran dólares. Es más, muchos argentinos venden sus ahorros en moneda extranjera para hacer frente a sus obligaciones, algo que se nota cada vez más en las pequeñas y medianas empresas que suelen financiarse de ese modo. Y, con menos pesos en la calle, los precios no aumentan tanto porque los consumidores tienen menos poder de compra.