En medio de un contexto internacional adverso y tras años de reclamos del sector privado, el Gobierno de Javier Milei eliminó los Derechos de Exportación (DEX) para más de 4.400 productos industriales, medida que impacta directamente sobre 3.580 empresas exportadoras y representa una de las reformas más celebradas por las cámaras empresariales.
El anuncio, que implica el fin de un tributo del 3,5% al 5% sobre bienes exportados de alto valor agregado como maquinaria agrícola, autopartes, cosméticos, farmacéuticos, plásticos y metales, fue calificado como «un paso clave» por la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA). “Se revierte más de una década de retroceso exportador y se comienza a corregir el rumbo”, destacaron.
Un alivio fiscal con impacto estratégico
La medida tendrá un costo fiscal considerado «moderado», pero se estima que los productos ahora liberados de retenciones generaron en 2024 exportaciones por 3.804 millones de dólares, una cifra significativa en la balanza comercial.
“Exportar trabajo argentino con retenciones es contradictorio. Muy pocos países aplican estos impuestos y menos aún a la industria”, afirmó Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), al celebrar el anuncio. También advirtió sobre las distorsiones acumuladas en la cadena de valor nacional, que inflan el costo argentino y dificultan la competitividad.
Desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Natalio Mario Grinman también valoró la iniciativa como una corrección histórica: “Durante décadas el Estado asfixió al sector privado con impuestos y limitó el comercio exterior. Esta medida va en el sentido correcto”.
Un nuevo paradigma exportador
La reforma consolida el giro hacia una política comercial más aperturista y enfocada en la libertad económica, uno de los pilares discursivos de la administración Milei. Aun con desafíos pendientes, tanto CERA como la UIA y la CAC coincidieron en que la eliminación de los DEX constituye un punto de inflexión para la industria nacional y un estímulo directo para las pymes exportadoras, cuya participación había caído a niveles por debajo del promedio de países menos desarrollados.