El Partido Justicialista anunció la suspensión de su Congreso Nacional previsto para este viernes 26 de abril, como muestra de respeto por el fallecimiento del Papa Francisco. La decisión fue tomada de común acuerdo entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, quienes coincidieron en que el momento de duelo no era propicio para llevar adelante una actividad política de tal envergadura.
La sesión extraordinaria iba a celebrarse en el microestadio del Club Ferrocarril Oeste, con la participación de más de 900 congresales de todo el país. En la agenda figuraban asuntos clave, como la definición de listas para las elecciones legislativas, la intervención de los PJ provinciales de Jujuy, Salta y Misiones, el balance económico y la normalización del PJ correntino.
Mediante un comunicado oficial, el partido expresó: “El Papa Francisco será siempre un faro en la búsqueda de Justicia Social”. El texto apeló al respeto institucional y a la sensibilidad colectiva, afirmando que “nuestro Movimiento tiene esa bandera y no puede ignorar este momento”.
Una señal de contención en un clima político tenso
La suspensión del congreso se produce en un contexto de tensiones internas dentro del justicialismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde se percibe una puja de poder entre Cristina Kirchner y el gobernador Axel Kicillof. La postergación fue leída como un gesto de contención, que busca evitar exponer fracturas partidarias mientras la sociedad atraviesa un momento de dolor colectivo.
Desde el entorno de Cristina Kirchner informaron que aún no hay una nueva fecha definida para el congreso, pero que se anunciará “cuando sea prudente”. La prioridad, subrayaron, es acompañar el duelo nacional por la partida del Papa, una figura profundamente valorada por el peronismo por su compromiso con los pobres, la justicia social y la dignidad del trabajo.
Homenajes en preparación
La conducción del PJ prepara un documento extenso en homenaje al Papa Francisco, mientras algunos dirigentes proponen la organización de una misa o acto recordatorio. “Francisco marcó una época y no podemos pasar por alto su partida”, afirmaron.
La decisión de suspender el Congreso no solo responde a una lógica táctica, sino también simbólica: en un partido con profundas raíces católicas y populares, el fallecimiento del Papa representa mucho más que una pérdida institucional. “Este no es un tiempo de estrategias, sino de recogimiento”, concluyeron desde la sede partidaria.
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