En un giro llamativo, diputados nacionales del radicalismo acompañaron una de las principales propuestas de La Libertad Avanza (LLA) en el Congreso de la Nación: la implementación de la Boleta Única. La iniciativa, que busca reemplazar el tradicional sistema de boleta partidaria, fue apoyada por los legisladores Manuel Aguirre (UCR), Federico Tournier (ELI-UCR) y Lisandro Almirón (LLA). Sin embargo, en la provincia de Corrientes, la mayoría radical en la cámara de diputados provincial rechazó una propuesta similar, siguiendo instrucciones del gobernador. Este contraste en las posturas dentro de la UCR ha generado un debate interno sobre la dirección que debe tomar el partido en temas clave para el sistema electoral.
Por su parte, los legisladores peronistas Jorge Romero, Nancy Sand y Christian Zulli votaron en contra de la iniciativa en el Congreso Nacional, mientras que Sofía Brambilla, del PRO, estuvo ausente.
El proyecto de Boleta Única ha sido un tema divisivo en varias provincias. En Corrientes, Encuentro Liberal (ELI) había presentado una propuesta similar a la votada en el Congreso, pero fue bloqueada por el oficialismo provincial, pese a un consenso general sobre la necesidad de modernizar el sistema electoral. Una de las principales tensiones giraba en torno a la posibilidad de incluir un casillero que permitiera votar por lista completa, una característica presente en los modelos de Mendoza y Córdoba. Esta opción fue motivo de desacuerdos, ya que los partidos provinciales, como el de los renovadores misioneros y los rionegrinos, lograron bloquear el debate en el Senado, buscando evitar el “efecto arrastre” de los candidatos presidenciales de los partidos nacionales.
La implementación de la Boleta Única también ha sido vista como una herramienta para igualar las condiciones de las fuerzas políticas con menos estructura, que muchas veces enfrentan dificultades para fiscalizar todas las mesas de votación. Un ejemplo de esto fue La Libertad Avanza en las últimas elecciones, que contó con la colaboración del PRO y del sindicalista Luis Barrionuevo para asegurar la fiscalización de sus votos.
Entre otros puntos destacados del proyecto, se ampliarán de 50 a 60 días las campañas electorales, las listas de candidatos deberán presentarse 70 días antes de las PASO, y las alianzas electorales se conformarán 80 días antes de los comicios, en lugar de los 60 días actuales. Estos cambios buscan generar mayor transparencia y mejorar la organización de los comicios, aunque siguen siendo objeto de debates intensos tanto a nivel nacional como provincial.