El pasado 27 de febrero, el intendente de Esquina llevó a cabo la designación de nuevos funcionarios municipales, en un contexto marcado por tensiones políticas dentro de la gestión. Estos cambios se dieron luego de una serie de desplazamientos dentro del gabinete, que incluyeron la salida de Luis Ojeda, quien hasta ese momento se desempeñaba como secretario general y que recientemente anunció su candidatura.
Un reacomodamiento con lectura política
La decisión del ejecutivo local de apartar a Ojeda y a su equipo responde a una estrategia política alineada con el estilo de conducción del actual gobierno municipal, caracterizado por su baja tolerancia al crecimiento de figuras políticas externas a su círculo de decisión.
La expulsión de toda la línea política de Ojeda dentro de la gestión refuerza esta tendencia y marca un claro mensaje sobre el control del poder en la administración local.
Direcciones creadas y falta de políticas concretas
Uno de los puntos que ha generado mayor controversia es la existencia de diversas direcciones municipales cuya gestión y aportes concretos no son del todo claros. Un caso mencionado es el de la Dirección de Espacios Públicos, que hasta el momento no ha dado a conocer programas o políticas desarrolladas.
Otra dependencia cuestionada es la Oficina de Género y Diversidad, que atiende a un número reducido de personas, lo que genera dudas sobre su impacto real en la comunidad, considerando las necesidades prioritarias que enfrenta la ciudad.
En este contexto, surge la pregunta: ¿cuántas direcciones tiene actualmente el municipio de Esquina?
Designación en la Dirección de Familia, Mujer y Niño
Otro de los nombramientos que ha generado debate es el de la nueva directora de la Dirección de Familia, Mujer y Niño, cuya ideología feminista radical ha sido señalada como incompatible con las demandas de esta área.
Si bien no se pone en duda su formación profesional, existe preocupación sobre cómo se alineará su enfoque ideológico con las políticas que exige la sociedad en un área tan sensible.
Este escenario refleja una gestión municipal que prioriza el control político sobre la eficiencia de sus políticas públicas, en un contexto donde la comunidad sigue demandando soluciones concretas a sus problemáticas más urgentes.