En una maniobra que marca un nuevo capítulo en la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, los puertos estratégicos del Canal de Panamá fueron adquiridos por un consorcio estadounidense encabezado por la firma de inversiones BlackRock, en lo que se interpreta como una victoria para la política de recuperación de influencia global impulsada por el presidente Donald Trump.
La venta fue realizada por el conglomerado hongkonés CK Hutchison Holdings Ltd., que cedió el 90% de su participación en Panama Ports Co., empresa que opera los puertos de Balboa y Cristóbal, dos puntos neurálgicos para el comercio marítimo internacional. El acuerdo, valuado en USD 19 mil millones, se concretó con la participación de Global Infrastructure Partners y Terminal Investment Ltd., ambas con fuertes vínculos con el mercado estadounidense.
Un movimiento estratégico para reducir la influencia china
La operación ocurre en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y China por el dominio de rutas comerciales y la influencia en América Latina. La presencia de Hutchison Ports en el Canal de Panamá había sido motivo de preocupación para la administración Trump, que veía en la compañía hongkonesa una posible herramienta de espionaje y bloqueo por parte de Beijing.
El senador republicano Ted Cruz calificó la presencia china en los puertos panameños como un «riesgo agudo para la seguridad nacional» de Estados Unidos, mientras que el secretario de Estado Marco Rubio advirtió al presidente panameño José Raúl Mulino sobre las posibles consecuencias de no limitar la participación china en la región.
La presión estadounidense surtió efecto, y Panamá anunció su salida de la iniciativa «Belt and Road» promovida por China, lo que generó una condena inmediata por parte del gobierno de Xi Jinping.
Trump consolida su agenda de recuperación de influencia global
El acuerdo es visto como una pieza clave dentro de la estrategia «América Primero» que Trump ha defendido desde su primer mandato. El presidente había sugerido públicamente la posibilidad de retomar el control del Canal de Panamá por la fuerza, como ocurrió entre 1903 y 1999, cuando Estados Unidos administró la vía interoceánica.
Aunque la intervención militar no se materializó, la adquisición de los puertos por parte de BlackRock representa una recuperación indirecta del control estratégico de la zona por parte de Washington, garantizando que la infraestructura clave para el comercio global quede bajo la órbita estadounidense.
Impacto en la geopolítica y la economía global
El regreso de la influencia estadounidense sobre el Canal de Panamá tiene implicancias directas para la política exterior de la región y para las tensiones comerciales entre las dos principales potencias del mundo.
China había consolidado su presencia en Panamá como parte de su estrategia de expansión global, invirtiendo en infraestructura y proyectos energéticos. La salida del país centroamericano de la iniciativa «Belt and Road» representa un golpe significativo para los intereses chinos en América Latina.
Además, la venta refuerza la apuesta de Trump por repotenciar la industria y el comercio estadounidense, junto con otros anuncios como la inversión de USD 600 mil millones por parte de Apple y Softbank en inteligencia artificial, y la reubicación de la producción del Honda Civic desde México hacia Indiana.
Un mensaje de fuerza antes de las elecciones
La concreción de la operación también tiene una fuerte carga simbólica en el marco de la campaña presidencial de Donald Trump, que busca consolidar su liderazgo frente a la creciente presencia china en el hemisferio occidental.
El presidente celebró la transacción con un mensaje en su red Truth Social, reafirmando su compromiso con la política «América Primero» y destacando que las empresas que deseen evitar los aranceles estadounidenses deberán fabricar en suelo norteamericano.
La compra de los puertos panameños representa así no solo una victoria estratégica para Washington, sino también una señal clara del tipo de política exterior que Trump pretende profundizar en caso de obtener un nuevo mandato.
La adquisición de los puertos del Canal de Panamá por parte de BlackRock no solo consolida la influencia estadounidense en una región clave para el comercio global, sino que también marca un nuevo capítulo en la rivalidad con China, con América Latina como uno de los principales escenarios de disputa por la hegemonía mundial.