El proyecto de Presupuesto 2025 presentado por el presidente Javier Milei ha generado fuertes tensiones con los gobernadores provinciales, quienes cuestionan las políticas de ajuste fiscal y reclaman un reparto más equitativo de los recursos nacionales. Mientras el oficialismo intenta asegurar los votos necesarios, el descontento entre aliados, dialoguistas y opositores amenaza con dejar al Gobierno sin la herramienta clave para gestionar el próximo año.
La disputa por el reparto de fondos
Según el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), entre enero y septiembre de este año, las transferencias a las provincias cayeron un 19% en términos reales respecto al mismo período de 2023. Las transferencias no automáticas, utilizadas discrecionalmente por el Ejecutivo, sufrieron una disminución del 84,4%, afectando principalmente a provincias gobernadas por opositores, como Formosa y Buenos Aires, donde la baja superó el 90%.
En tanto, los recursos asignados por coparticipación también mostraron caídas generalizadas, con un promedio del 6,8% menos en términos reales, mientras que los programas de obra pública prácticamente se paralizaron, con reducciones cercanas al 100% en áreas estratégicas como infraestructura municipal y rutas nacionales.
Reclamos de los gobernadores
Los mandatarios provinciales han puesto sobre la mesa varios puntos críticos:
- Transferencias a las cajas previsionales: Ninguna provincia ha recibido los fondos comprometidos para este año, afectando la sustentabilidad de los sistemas jubilatorios locales.
- Obra pública: La falta de financiamiento ha frenado proyectos esenciales, generando preocupación en municipios dependientes de estos programas.
- Coparticipación y discrecionalidad: Los gobernadores exigen garantías de un reparto más justo y transparente, ya que la concentración de recursos en Nación limita sus capacidades de gestión.
Estrategias para destrabar la votación
En un intento por evitar un enfrentamiento mayor, los gobernadores de Juntos por el Cambio solicitaron una reunión urgente con el Ejecutivo, aunque sospechan que Milei busca avanzar con acuerdos individuales para debilitar a las ligas provinciales.
Por su parte, los gobernadores peronistas han tomado distancia, reclamando un enfoque más federal en el manejo de los recursos. En tanto, los aliados a La Libertad Avanza han optado por apoyar el proyecto oficialista, pero también demandan ajustes en temas clave.
El riesgo de gobernar con el Presupuesto 2023
Si no se logra aprobar el Presupuesto 2025, el Gobierno deberá regirse por las disposiciones del Presupuesto 2023, lo que permitiría a Milei manejar las partidas de manera discrecional. Esta posibilidad preocupa tanto a oficialistas como a opositores, ya que incrementaría las tensiones políticas en un año electoral clave.
Proyecciones para 2025
Aunque el proyecto oficialista propone una reducción del 5% en las transferencias de capital a provincias y municipios, también contempla un aumento del 40% en las transferencias corrientes para el próximo año. Sin embargo, la falta de detalles sobre cómo se asignarán estas partidas genera incertidumbre.
Conclusión
La discusión del Presupuesto 2025 es un campo de batalla político donde se entrecruzan las prioridades del Ejecutivo, las necesidades provinciales y las estrategias electorales. Con el tiempo en contra, el desenlace de esta negociación marcará no solo el rumbo de la economía nacional, sino también el equilibrio de poder entre Nación y provincias.