«Voto por Zago, viva la libertad, carajo» , proclamó Almirón con el característico grito de campaña del oficialismo, dejando atrás el escándalo de la última sesión, en la que acusó de «traidor» a su excompañero de bancada.
El respaldo de Almirón a Zago se dio en el marco del debate sobre el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que autoriza al Gobierno de Javier Milei a alcanzar un acuerdo con el FMI. Pese a las expectativas sobre su postura tras la pelea, el legislador correntino justificó su voto en función de la estabilidad institucional.
«Pese a toda la especulación, voy a votar por Zago, porque ante todo está la República, ante todo está el presidente Javier Milei, que llegó a esta propuesta para que gocen de lo bueno del país» , argumentó.
De los golpes a la política: el escándalo entre Almirón y Zago
El bochornoso episodio protagonizado por ambos diputados ocurrió la semana pasada en la plena sesión de la Cámara Baja, cuando Almirón increpó a Zago a los gritos, acusándolo de «traidor» por haber dado quórum mientras el oficialismo intentaba vaciar el recinto.
La disputa se desató cuando la diputada Victoria Tolosa Paz (Unión por la Patria – UxP) solicitó un emplazamiento de comisiones para debatir la quita de facultades delegadas al presidente Milei. En ese momento, Zago reaccionó violentamente, abalanzándose sobre Almirón y lanzándole golpes de puño. El libertario respondió del mismo modo, lo que derivó en un insólito enfrentamiento físico dentro del recinto.
La sesión terminó abruptamente en medio del escándalo, reflejando la tensión que atraviesa la Cámara de Diputados en un contexto de realineamientos y fracturas políticas.
Zago, al frente de la Bicameral y el debate sobre el DNU
A pesar del enfrentamiento, Zago logró quedarse con la presidencia de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que deberá analizar el decreto clave del Gobierno en su relación con el FMI. Su designación es un triunfo para el oficialismo, que busca avanzar con su agenda sin mayores trabajos legislativos.
El episodio entre Almirón y Zago deja en evidencia las profundas tensiones internas dentro del oficialismo y sus aliados. Sin embargo, el voto de Almirón demuestra que, en política, los conflictos pueden resolverse en función de conveniencias estratégicas.
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