El Gobierno nacional confirmó que este miércoles 12 de febrero de 2025 se procederá con la apertura de sobres para la licitación nacional e internacional de la Hidrovía Paraná-Paraguay, un tramo estratégico que concentra el 80% de las exportaciones del país. La decisión sigue el cronograma estipulado en diciembre pasado mediante la disposición 36/2024 de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables del Ministerio de Economía.
Un proyecto clave para el comercio exterior argentino
La licitación abarca la «modernización, ampliación, operación y mantenimiento» de la Vía Navegable Troncal, desde el kilómetro 1238 del río Paraná (Confluencia) hasta las Aguas Profundas Naturales en el Río de la Plata, pasando por varios canales fluviales clave. Este corredor es fundamental para el comercio exterior argentino, especialmente para la exportación de granos, aceites y subproductos agroindustriales.
El futuro concesionario, seleccionado por un plazo de 30 años, deberá implementar un ambicioso plan de obras que incluye la profundización a 39 pies del tramo Timbúes-Océano, mejoras en señalización y sistemas satelitales de seguimiento, así como medidas de control contra el narcotráfico y el terrorismo.
Una licitación rodeada de controversias
El proceso de licitación no ha estado exento de polémicas. En noviembre pasado, el Gobierno anunció el llamado a concesión privada con «riesgo empresario», marcando el fin de la gestión estatal provisoria de la Hidrovía. La medida fue celebrada por sectores privados, pero también generó críticas en ámbitos políticos y sociales que cuestionan la desestatización de un recurso estratégico.
Además, empresas de origen estatal, como las chinas, fueron excluidas del proceso, dejando el camino libre a operadoras privadas internacionales. Esta decisión ha sido vista como una estrategia para evitar influencias extranjeras en la administración de un corredor tan sensible.
Recientemente, la Justicia rechazó una medida cautelar presentada por una empresa interesada, despejando el camino para continuar con el proceso de adjudicación. Entre los participantes del anuncio inicial de la licitación estuvieron figuras clave como el entonces subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Iñaki Arreseygor, y representantes de sectores productivos como la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales.
Intereses políticos y económicos en juego
La Hidrovía no solo representa un eje estratégico para el comercio, sino también un terreno de disputa política y económica. La modernización de esta vía fluvial, que conecta el corazón productivo de Argentina con los mercados internacionales, podría fortalecer al Gobierno frente a sectores críticos y consolidar su relación con actores clave del sector privado.
Sin embargo, los desafíos no son menores. El contrato de 30 años exigirá un seguimiento riguroso del cumplimiento de las obras prioritarias y un equilibrio entre los intereses nacionales y los privados. Además, las tensiones internas y externas que rodean la licitación podrían seguir marcando la agenda política en los próximos meses.
Con la frase «Que gane el mejor», el Gobierno parece apostar a un proceso transparente y competitivo. No obstante, el impacto de esta decisión se verá a largo plazo, cuando se evalúe si las promesas de modernización y eficiencia logran cumplir con las expectativas del país y sus exportadores.