El mes de junio marcará un punto de inflexión en la historia reciente de la economía argentina. De acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la inflación mensual se ubicará en apenas 1,9%, el nivel más bajo desde mayo de 2020. Esta cifra no solo representa una desaceleración concreta del Índice de Precios al Consumidor (IPC), sino que consolida el sendero descendente iniciado por el gobierno de Javier Milei, en medio de un complejo proceso de estabilización macroeconómica.
La estimación correspondiente a mayo ya había mostrado una inflación del 2,1%, pero lo disruptivo aparece en la proyección extendida: la inflación se mantendría por debajo del 2% hasta noviembre, un escenario inédito en un país con una historia marcada por la volatilidad monetaria. Según los analistas, el IPC mensual sería de 1,8% en junio, 1,7% entre agosto y octubre, y 1,6% en noviembre.
Este nuevo contexto cobra aún más relevancia si se considera que Argentina cerró 2023 con una inflación acumulada de 211,4% y enfrenta en 2024 una herencia del 117,8%. Para 2025, el REM proyecta una inflación anual de apenas 28,6%, una baja drástica que, de confirmarse, implicaría el fin de la inflación crónica como fenómeno estructural.
Política monetaria y tipo de cambio: señales de control
En sintonía con esta tendencia desinflacionaria, el BCRA también prevé una baja paulatina en las tasas de interés. La Tasa de Política Monetaria de Referencia (TAMAR), clave para los plazos fijos de grandes montos, sería del 33,03% en junio, bajaría a 32,09% en julio, y seguiría descendiendo hasta llegar al 28% en noviembre. Esta caída en el costo del dinero, impulsada por el equipo económico de Luis Caputo, busca estimular el crédito y reactivar lentamente el consumo interno, sin perder de vista el equilibrio fiscal.
En cuanto al tipo de cambio nominal, el dólar mayorista mantiene una trayectoria controlada. Las proyecciones del REM lo ubican en $1.167 para junio, $1.182 en julio y $1.205 en agosto. Recién alcanzaría los $1.300 en diciembre de 2025, una revisión a la baja respecto del informe de abril, que lo situaba en $1.322 para fin de año.
Actividad económica: una recuperación moderada pero constante
A pesar de un primer semestre con señales mixtas, las consultoras privadas coinciden en que la economía argentina crecerá 5,2% en 2025, un número en línea con el 5% proyectado por el Gobierno nacional y cercano al 5,5% estimado por el FMI. Para el primer trimestre de 2025, los especialistas prevén una suba del 1,5% intertrimestral, mientras que para el segundo trimestre revisaron la cifra levemente a la baja, del 0,4% al 0,2%. Sin embargo, el tercer trimestre mostraría un repunte, con una estimación de crecimiento del 0,7%, superando la proyección de abril.
La tendencia general indica que el país entra en una etapa de estabilización con crecimiento, luego de un período de ajuste y reorganización macroeconómica. La clave, coinciden los expertos, será sostener la coherencia fiscal, mantener el ancla monetaria y fortalecer el flujo de crédito, sin descuidar el frente social.
En este contexto, el mes de junio no será solo una estadística más: podría marcar el inicio de un nuevo régimen económico, basado en la previsibilidad de precios, estabilidad cambiaria y recuperación productiva.