Corrientes vuelve a ser escenario de una grave crisis ambiental con incendios forestales que ya han consumido 94.167 hectáreas entre el 1 de enero y el 8 de febrero de 2025, según datos de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA. Los departamentos más afectados son Curuzú Cuatiá, con 30.500 hectáreas perdidas, seguido por Mercedes (11.000), Paso de los Libres y San Martín (9.900 cada uno). Otros focos importantes incluyen Empedrado, San Luis del Palmar, Sauce, Ituzaingó y Mburucuyá, aunque este último es el menos afectado con solo 22 hectáreas dañadas.
Un panorama menos devastador, pero aún crítico
En comparación con 2022, cuando los incendios arrasaron un millón de hectáreas para finales de febrero, la situación actual muestra una reducción significativa en la magnitud de los daños. En aquel año, la tasa de propagación alcanzaba las 29.000 hectáreas diarias, mientras que en 2025 el promedio diario es de aproximadamente 2.500 hectáreas.
Si bien la reducción en la escala del desastre es notable, las pérdidas siguen siendo importantes, sobre todo en términos de impacto en la producción ganadera y la infraestructura rural. “Es fundamental seguir trabajando en la prevención y el manejo de las áreas de riesgo para evitar incendios de mayor magnitud”, señalaron desde el INTA.
Factores climáticos y prevención
El aumento de la biomasa seca, las altas temperaturas y la falta de lluvias son los principales factores que favorecen la propagación del fuego, de acuerdo con los expertos. A esto se suma la necesidad de un manejo adecuado de la biomasa acumulada, especialmente en zonas rurales y ganaderas.
El INTA destacó que las prácticas de quema controlada y el mantenimiento de las banquinas son medidas clave para evitar incendios catastróficos. Además, el monitoreo de las áreas afectadas se ha vuelto más eficiente en los últimos años, permitiendo una detección más rápida de los focos y un mejor control de la situación.
Un desafío para la producción y la seguridad rural
La producción ganadera, una de las principales actividades económicas de la provincia, se ve particularmente amenazada por los incendios. Las pérdidas en pasturas y la destrucción de infraestructura representan un golpe significativo para los productores locales, quienes enfrentan desafíos adicionales debido a las condiciones climáticas adversas.
Por otro lado, las autoridades provinciales subrayaron la importancia de invertir en estrategias preventivas y en el fortalecimiento de los recursos destinados al combate de incendios. “El trabajo conjunto entre las instituciones públicas y privadas es esencial para mitigar el impacto de esta problemática que afecta tanto al medio ambiente como a las comunidades locales”, concluyeron.
Aunque los incendios de 2025 no alcanzan la gravedad de los registrados en años anteriores, el desafío para Corrientes sigue siendo inmenso, con la necesidad de adoptar medidas sostenibles y de largo plazo para proteger sus recursos naturales y su economía productiva.