Italia ha dado un paso significativo hacia la posible legalización de la castración química como medida para tratar a delincuentes sexuales violentos. Este viernes, los diputados aprobaron la creación de un comité encargado de redactar un proyecto de ley que permita el uso de fármacos bloqueadores de andrógenos, una iniciativa que forma parte de la agenda de ley y orden promovida por el gobierno de Giorgia Meloni desde su llegada al poder en 2022.
Una medida polémica
La propuesta fue presentada por la Liga, partido de derecha liderado por Matteo Salvini, que considera la castración química como una herramienta clave en su lucha contra delitos sexuales, particularmente aquellos relacionados con pedófilos y violadores. Según Salvini, la medida permitirá ofrecer a los condenados la opción de someterse a este tratamiento a cambio de una modificación en sus penas.
«Tolerancia cero para violadores y pedófilos«, expresó Salvini en la red social X, celebrando el avance de la iniciativa como un triunfo para su partido.
Respaldo del gobierno de Meloni
La primera ministra Giorgia Meloni ha defendido la medida como parte de un enfoque más estricto frente al crimen. Desde su mandato, Meloni ha priorizado la seguridad ciudadana, implementando leyes que endurecen sanciones penales y combaten la criminalidad en zonas marginadas como Caivano, una localidad cerca de Nápoles conocida por un caso reciente de violación en grupo.
«La seguridad será nuestra prioridad en los próximos meses», declaró Meloni tras visitar la zona, en lo que se interpreta como un mensaje claro de apoyo a la política de su coalición.
Críticas desde la oposición y grupos feministas
La propuesta ha generado una fuerte reacción desde sectores de izquierda y organizaciones feministas. El Partido Democrático, junto a otras agrupaciones como la Alianza Verde e Izquierda, calificaron la medida como «inconstitucional» y «una regresión a formas de castigo medievales».
Simona Bonafè, diputada del Partido Democrático, argumentó que la iniciativa «socava los principios fundamentales de humanidad y justicia», mientras que el centrista Enrico Borghi ironizó: «¿Qué será lo próximo? ¿Alquitrán y plumas o cuerda y jabón?».
Por su parte, colectivos feministas han señalado que la castración química no aborda las raíces del problema. «Los delitos sexuales no nacen de impulsos incontrolables, sino de factores culturales y sociales profundamente arraigados», afirmaron, cuestionando la eficacia de la medida y pidiendo soluciones que apunten a la educación y la prevención.
Contexto internacional
La castración química ya es utilizada en países como Rusia, Polonia y algunos estados de Estados Unidos, donde se aplica de forma obligatoria para ciertos delitos sexuales. Sin embargo, la práctica sigue siendo objeto de controversia, enfrentando resistencias legales y éticas en diversos países.
Próximos pasos
El comité legislativo creado por el Parlamento italiano deberá trabajar en un marco legal que defina las condiciones para aplicar esta medida, considerando las críticas y desafíos legales planteados.
Para el gobierno de Meloni, este debate es una oportunidad para consolidar su imagen de firmeza frente al crimen, pero también un desafío que pondrá a prueba su capacidad para equilibrar seguridad y derechos humanos en un contexto político polarizado.