Sucedió en una panadería en la localidad de Esquina. Antes de cortar cables de la cámara de seguridad su imagen quedó registrada. El jefe lo descubrió cuando observaba la filmación ante la policía y el fiscal.
Un hombre de 20 años fue detenido ayer en Esquina. Quedó imputado por el robo de 600 mil pesos y una cámara en la panadería en la que trabajaba luego de que el fiscal subrogante de esa ciudad de la Segunda Circunscripción Javier Gustavo Mosquera junto a la policía local, lograran con una investigación encubierta y la prueba de ese mismo dispositivo que logró captar, descubrir un tatuaje en una de sus piernas el que lo terminó por delatar. El comercio está ubicada en avenida Juan R. Vidal al 1400, y la Policía tomó conocimiento del hecho, en la madrugada del domingo último .
Desde el Ministerio Publico Fiscal informaron que el empleado infiel fue indetificado como P. D. Lucero en poder de quien tras la paciente y minuciosa pesquisa se logró encontrar el dinero y la cámara robado. Para tratar de cubrir sus rastros, los había ocultado en la casa de su novia, pero anoche durante un allanamiento autorizado por el juez de Garantías de Esquina Jorge Gustavo Vallejos, sus planes se vieron desbaratados.
Como en un principio la prueba del tatuaje solamente había despertado sospechas, tanto de su empleador como de los investigadores, el fiscal instruyó a la policía para que se embarcara en una sigilosa investigación y obtuviera la cuasi certeza de que se estaba ante el posible autor del robo.
Esa tarea llevó a los efectivos hasta el domicilio de la pareja de Lucero, donde al allanarlo, se pudo incluso recuperar la totalidad del botín y la cámara qué había sustraído.
Por la modalidad con la que Lucero irrumpió en el local donde trabajaba ahora enfrenta una imputación de Robo Agravado por Escalamiento, ya que saltó un muro perimetral y aprovechó una puerta que sabía que quedaba siempre abierta para ingresar. Una vez dentro, fue tomado por dos cámaras de seguridad a la vez y aunque cortó los cables y arrancó una de ellas, no pudo eludir ser registrado y quedar expuesto ante su propio jefe cuando repasó esas imágenes con la policía y el fiscal.
En la panadería no se pudieron obtener más pruebas para sumar a la acusación, puesto que cuando el dueño notó el robo del local ya había abierto al público y su personal estaba en plena tarea en medio de la escena del hecho, ya contaminada, amén de que era altamente probable que apareciesen muchas huellas de lucero porque se desempeñaba también en esa área del comercio.
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