La Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta una de las mayores crisis internas en los últimos tiempos, marcada por la suspensión preventiva de cuatro diputados que votaron a favor del veto del presidente Javier Milei a la reforma jubilatoria. La decisión ha generado una profunda fractura en el bloque, provocando tensas discusiones dentro de la bancada, que, según varios dirigentes, se encuentra «partida y rota».
El detonante fue el giro inesperado de cinco legisladores que cambiaron su voto, impidiendo que la Cámara de Diputados alcanzara los dos tercios necesarios para ratificar una ley que otorgaba un aumento a las jubilaciones, y que había sido vetada por Milei. Entre los diputados suspendidos por la Convención Nacional de la UCR este lunes se encuentran Martín Arjol (Misiones), Mariano Campero (Tucumán), Pablo Cervi (Neuquén) y Luis Picat (Córdoba), quienes primero habían apoyado la ley y luego dieron su respaldo al veto presidencial.
José Federico Tournier, también miembro del bloque, votó a favor del Gobierno, pero no fue incluido en la sanción debido a que no está afiliado al partido radical.
Durante la reunión del martes, el clima fue tenso, según lo describió el diputado nacional Fernando Carbajal, quien representa a Formosa. «Fue una reunión muy breve y cargada de tensión, porque el bloque radical se está reacomodando tras esta situación. Las discusiones ya estaban dadas, y la postura de muchos de nosotros es clara: no podemos compartir estrategias con quienes ahora se alinean con el oficialismo», expresó.
Carbajal señaló que 13 diputados habían presentado una solicitud para reordenar el bloque tras el «acto vergonzoso» en el que los legisladores suspendidos aparecieron en una foto junto al presidente Milei. «Este gesto fue una muestra de sumisión y pertenencia que desató el conflicto interno», añadió.
Sin embargo, la falta de consenso dentro del bloque quedó evidente. «El presidente del bloque decidió que no había nada que reordenar y que, a pesar de las diferencias profundas, debíamos convivir. Eso fue lo que llevó a la mayoría de nosotros a retirarnos de la reunión. No podemos seguir trabajando codo a codo con diputados que ahora responden al oficialismo», explicó Carbajal.
A pesar de la gravedad de la situación, no se tomó ninguna decisión formal ni se realizó una votación para resolver el conflicto interno. El bloque radical, según Carbajal, «hoy está partido, está roto».
El futuro del radicalismo parece estar en juego en medio de esta pugna entre quienes creen que el partido debe ser una oposición firme al gobierno de Milei y quienes buscan una mayor cercanía con el oficialismo. «Vamos a seguir dando esta pelea para definir hacia dónde va la UCR», subrayó Carbajal, enfatizando que la disputa está entre quienes ven en el gobierno actual una oportunidad para obtener cargos y ministerios, y aquellos que consideran que Milei no ofrece soluciones a los problemas de Argentina.