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“Los cuerpos del monocultivo”: Una investigación revela el impacto de los agronegocios en la malnutrición infantil en el NEA

Un estudio de la UNNE explora cómo la intensificación agrícola, las políticas alimentarias y las dinámicas comunitarias afectan la salud y el cuidado infantil en barrios periféricos de Presidencia Roque Sáenz Peña.

por masquenoticiasesquina
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La malnutrición infantil en la región del Nordeste Argentino (NEA) es mucho más que una cuestión de acceso a alimentos, según revela una investigación realizada por la Mg. Silvia N. Sánchez como parte de su Beca de Posgrado en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). En su estudio titulado “Los cuerpos del monocultivo. La articulación de los agronegocios, la medicalización y los cuidados de las infancias con malnutrición en Presidencia Roque Sáenz Peña”, Sánchez aborda la problemática desde una perspectiva sociológica, tomando en cuenta no solo el acceso a los alimentos, sino también las condiciones de vida, el rol de las políticas alimentarias y el impacto del agronegocio en las comunidades más vulnerables.

Un contexto de desigualdades y desplazamientos

El estudio se centra en Presidencia Roque Sáenz Peña, una ciudad chaqueña con más de 100.000 habitantes, donde Sánchez investigó en profundidad la situación de las infancias en cuatro barrios periféricos. A través de visitas a Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) y entrevistas con familias, la investigadora analizó cómo la transformación territorial provocada por la intensificación agrícola ha afectado tanto las condiciones de vida como el acceso a alimentos. Muchas de las familias que residen actualmente en los barrios periféricos de la ciudad, señala Sánchez, antes vivían en colonias agrícolas cercanas, donde a pesar de las carencias, podían autoproducir alimentos nutritivos como huevos, leche y carnes.

Sin embargo, el desplazamiento a las zonas urbanas trajo aparejado no solo la precarización laboral, sino también el acceso limitado a alimentos de calidad. “Estas familias ahora dependen de empleos informales mal remunerados y enfrentan un acceso deficiente a servicios básicos como agua potable y saneamiento”, subrayó la investigadora.

Agronegocios y su impacto en la salud infantil

La investigación pone de relieve cómo los agronegocios, con su énfasis en la producción intensiva y el uso de agrotóxicos, han contribuido a la pérdida de biodiversidad y a una oferta alimentaria estandarizada, rica en calorías pero pobre en micronutrientes. Esta “industrialización de la dieta”, argumenta Sánchez, ha resultado en un aumento de casos de desnutrición infantil en los primeros años de vida, seguidos por problemas de sobrepeso y obesidad en la adolescencia, lo que desencadena enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes y la hipertensión.

“La oferta alimentaria industrializada, parte de la cadena de los agronegocios, ofrece muchos productos procesados, ricos en grasas y azúcares, pero escasos en nutrientes esenciales”, afirmó Sánchez. Este fenómeno ha dado lugar a lo que algunos expertos denominan “los gordos del hambre”, personas que, pese a estar sobrealimentadas, presentan graves carencias nutricionales.

Políticas alimentarias y medicalización

Otro aspecto clave del estudio es el análisis crítico de las políticas alimentarias implementadas en las escuelas y comedores de la región. Sánchez observó que muchos de los alimentos ofrecidos a niños y adolescentes son fortificados, deshidratados y con altos niveles de conservantes, lo que no solo afecta su calidad nutricional, sino también su aceptación por parte de los menores. “Estos alimentos, que se preparan simplemente añadiendo agua, a menudo tienen un sabor metálico que los niños rechazan”, explicó la investigadora.

Además, la investigación critica la manera en que las instituciones sanitarias abordan la malnutrición infantil desde una perspectiva puramente biológica, sin tener en cuenta las condiciones de vida de las familias. “El enfoque predominante medicaliza el problema y responsabiliza a las madres por las fallas en el cuidado de sus hijos, cuando en realidad son víctimas de un sistema que las expone a múltiples violencias”, afirmó Sánchez.

El rol de las grandes empresas y la desconexión alimentaria

El estudio también analiza el poder de las grandes empresas transnacionales en la configuración de los patrones alimentarios. A medida que se ensancha la brecha entre los productores y los consumidores, las decisiones sobre qué comer ya no están en manos de las familias, sino de las corporaciones. “Con la intensificación de la producción y la pérdida de biodiversidad, los alimentos se estandarizan, lo que afecta la calidad nutricional de las dietas de los sectores más vulnerables”, argumentó Sánchez.

Un llamado a repensar el sistema alimentario

Finalmente, la investigación de Sánchez no solo expone los problemas, sino que también invita a una reflexión más amplia sobre el sistema alimentario y su impacto en las poblaciones vulnerables. “Es fundamental entender que la malnutrición no es simplemente una cuestión de acceso a alimentos, sino que está profundamente relacionada con las dinámicas sociales, territoriales y económicas en las que viven las familias”, concluyó.

Este enfoque desde la sociología de los alimentos y los estudios críticos sobre las infancias ofrece una mirada necesaria para repensar las políticas públicas en torno a la alimentación, la salud y el bienestar infantil en regiones como el NEA, donde las desigualdades persisten y las soluciones requieren un abordaje integral y contextualizado.

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