El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela volvió a lanzar este lunes una acusación sin fundamentos contra el gendarme argentino Nahuel Gallo, quien se encuentra detenido en circunstancias controvertidas desde hace semanas. En esta ocasión, el dictador chavista aseguró que Gallo formaba parte de un supuesto complot para atentar contra la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, una acusación que ha sido desestimada por la comunidad internacional y por el Gobierno de Javier Milei.
Una narrativa conspirativa sin evidencias
Durante una transmisión en la televisión estatal, Maduro afirmó que Gallo llegó a Venezuela como parte de un plan «desde el sur de América» para ejecutar un atentado contra Rodríguez, sin presentar ninguna prueba que respalde sus declaraciones.
«Algunos chillaron, como los argentinos, pero yo puedo decirlo hoy: nosotros a esa gente la estábamos esperando», declaró Maduro, en un discurso plagado de acusaciones vagas y sin sustento.
El dictador también descalificó las declaraciones de Alejandra Gómez, pareja de Gallo, quien asegura que su viaje a Venezuela se debía a vacaciones familiares. «Es mentira que tiene una novia aquí, ese señor tiene su esposa en Argentina», sostuvo Maduro, contradiciendo los testimonios presentados por la familia del gendarme.
La reacción del Gobierno argentino y organismos internacionales
Desde Buenos Aires, el Gobierno de Javier Milei rechazó categóricamente las acusaciones de Maduro, calificándolas como «infundadas» y «parte de una estrategia de desinformación». En un comunicado, la administración Milei reiteró que la detención de Gallo constituye una violación grave a los derechos humanos y exigió su liberación inmediata.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se pronunció sobre el caso. En su resolución 1/2025, emitida el 1 de enero, destacó la urgencia de proteger los derechos de Gallo, señalando que se encuentra en una situación de «riesgo de daño irreparable».
Por su parte, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, cuestionó la autenticidad de las imágenes difundidas recientemente por el régimen venezolano, en las que se muestra a Gallo caminando en un lugar no identificado. «No aceptamos ningún juego de una aparición, de una foto, que aparece en un lugar desconocido, caminando, sin sonido y sin fecha», enfatizó Bullrich.
Acusaciones cruzadas y tensiones diplomáticas
Maduro fue más allá en su discurso al implicar directamente al Gobierno de Javier Milei en supuestos «planes violentos contra la paz de Venezuela». Sin embargo, estas afirmaciones carecen de respaldo y han sido vistas como un intento de desviar la atención de las críticas internacionales hacia su régimen.
El caso de Gallo ha intensificado las tensiones diplomáticas entre ambos países, con el gobierno argentino buscando apoyo en organismos internacionales y países aliados para lograr la liberación del gendarme.
Conclusión
El caso de Nahuel Gallo se suma a una larga lista de detenciones arbitrarias y acusaciones infundadas por parte del régimen de Nicolás Maduro, que utiliza estas tácticas como herramientas de represión y propaganda.
Mientras tanto, el Gobierno argentino enfrenta el desafío de intensificar las gestiones diplomáticas para garantizar la seguridad y el regreso de Gallo, en un contexto de creciente preocupación internacional por la crisis de derechos humanos en Venezuela.
El desenlace de este caso no solo será un testimonio de la capacidad de la diplomacia argentina, sino también un indicador de la presión que la comunidad internacional está dispuesta a ejercer sobre uno de los regímenes más cuestionados de América Latina.