En un movimiento que ha generado sorpresas tanto en la política nacional como en el ámbito internacional, el presidente de Argentina, Javier Milei, decidió destituir a la canciller Diana Mondino tras la reciente votación del país en la Asamblea General de la ONU en contra del embargo de Estados Unidos sobre Cuba. La decisión, tomada tras una votación que reafirma la tradicional posición argentina de rechazo al embargo, ha despertado un amplio debate sobre el rumbo de la política exterior bajo el nuevo gobierno de Milei, conocido por su afinidad con Washington y sus aliados.
El voto argentino y las implicancias diplomáticas
Durante la votación en la Asamblea General de la ONU, Argentina se sumó a la mayoría de los países al apoyar la resolución que pide el fin del embargo estadounidense contra Cuba, una práctica que ha sido condenada año tras año en Naciones Unidas desde hace décadas. En esta ocasión, 187 naciones respaldaron la moción cubana, mientras que solo Estados Unidos e Israel votaron en contra y Moldavia se abstuvo. En América Latina, la solidaridad con Cuba fue casi unánime, una posición en la que Argentina mantuvo su postura histórica a pesar de las expectativas de un posible giro bajo la administración Milei.
Una decisión inesperada para la política exterior de Milei
La destitución de Mondino, quien había sido una figura central en la conformación de la política exterior de Milei, marca un cambio abrupto tras una votación que sorprendió a aquellos que esperaban que Argentina pudiera alinearse más con la posición de Estados Unidos. La medida de remover a la canciller parece haber sido impulsada por el descontento del presidente con el voto de Argentina, que, según fuentes internas, buscaba mantener una relación más cercana y alineada con Washington.
Milei ha expresado en diversas ocasiones su admiración por la política estadounidense y su respaldo a sus aliados, en especial Israel, por lo que el voto en favor de Cuba resultó una sorpresa en términos de coherencia ideológica. La resolución presentada por Cuba, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los EE.UU. de América contra Cuba”, reflejó un clamor global en el que Argentina se ha posicionado tradicionalmente, una postura que aparentemente Milei no estaba dispuesto a sostener.
Consecuencias y nuevos desafíos para la diplomacia argentina
La salida de Mondino subraya los desafíos de la política exterior argentina en una era donde la alineación ideológica y los intereses económicos globales están bajo intensa presión. Con su decisión de destituir a la canciller, Milei podría estar enviando un mensaje claro de que no está dispuesto a tolerar desviaciones de su visión de una Argentina alineada estrechamente con Estados Unidos e Israel.
Mientras tanto, los analistas observan con cautela cómo esta decisión podría afectar las relaciones diplomáticas de Argentina en la región y con el gobierno de Estados Unidos, en un momento donde la política exterior argentina parece estar en un proceso de redefinición. El próximo canciller, cuyo nombramiento es esperado con interés, tendrá el desafío de manejar un equilibrio entre el legado histórico de Argentina en temas de derechos humanos y su autonomía en el ámbito internacional, así como la agenda de reformas y realineamiento impulsada por Milei.