El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI), la mayor obra social de Argentina y Latinoamérica, está atravesando un proceso de transformación significativo desde el inicio del actual gobierno. Con más de 5,3 millones de afiliados, la entidad es un pilar fundamental del sistema de salud del país. La gestión actual, encabezada por Esteban Leguízamo, un médico pediatra de carrera, ha introducido cambios profundos en su estructura y políticas, buscando mayor eficiencia y optimización de recursos.
Por primera vez desde su creación en 1971, la dirección del PAMI está en manos de un profesional técnico y no de un funcionario político designado. Esta gestión ha comenzado un proceso de readecuación en la cobertura de medicamentos, lo que ha generado debates y preocupaciones entre los afiliados. En los últimos meses, se han eliminado 55 moléculas del listado de medicamentos con cobertura al 100%, aunque Leguízamo subraya que no se trata de una simple eliminación, sino de una “readecuación” para optimizar los recursos y evitar el abuso en la utilización de ciertos fármacos.
En este contexto, se ha implementado una estrategia para mantener la cobertura total de medicamentos para enfermedades crónicas y oncológicas, mientras que para tratamientos simples, la cobertura se ajusta a los históricos porcentajes del 80% y 50%. Además, se ha flexibilizado el acceso a subsidios sociales que permiten a los afiliados acceder al 100% de descuento en caso de necesidad económica.
Otro aspecto central de la actual gestión es la reducción de la estructura jerárquica del PAMI. Desde febrero, se han eliminado 30 puestos de gerentes y subdirectores, lo que representa una disminución del 24,18% en los rangos jerárquicos. Esta medida forma parte de un plan más amplio para reducir los cargos políticos y utilizar los recursos de la institución de manera más eficiente, con un ahorro proyectado del 20% en sueldos y otros gastos administrativos.
El envejecimiento de la población es uno de los grandes desafíos que enfrenta el PAMI. Con 1,1 millones de beneficiarios mayores de 80 años, la demanda de servicios médicos y medicamentos aumenta exponencialmente. Leguízamo destaca la necesidad de implementar políticas de prevención en salud para abordar este desafío de manera sostenible. “Estamos viendo la necesidad de una mirada que vaya más allá de lo curativo y que fortalezca las políticas de prevención”, afirmó el director del PAMI.
En resumen, el PAMI se encuentra en medio de una transformación que busca equilibrar la eficiencia en la gestión de recursos con la creciente demanda de una población longeva, mientras se adapta a las nuevas realidades y desafíos del sistema de salud argentino.