La Justicia de Corrientes condenó a prisión perpetua al suboficial de la Policía provincial Ramón Erlindo Maciel, de 57 años, tras ser hallado culpable del femicidio de su esposa, Juana Rosa Rojas, de 52 años. El crimen, que conmocionó a la comunidad correntina, tuvo lugar el 2 de octubre de 2021 cuando Rojas fue atacada a balazos por sicarios en la puerta de su casa en el barrio Pirayuí.
El Tribunal de Juicio, compuesto por los jueces Ariel Héctor Azcona, Román Facundo Esquivel y Juan José Cochia, determinó que Maciel fue el responsable de planificar y contratar a dos sicarios para ejecutar el asesinato, a cambio de una remuneración que habría financiado mediante préstamos bancarios. Aunque los autores materiales del crimen no han sido identificados, la Fiscalía y el Tribunal consideraron suficientes las pruebas que señalan a Maciel como el autor intelectual del asesinato.
El fiscal Jorge Semhan solicitó la pena de prisión perpetua, basándose en las pruebas que incluyen testimonios de familiares y conocidos de la víctima, así como evidencias de las amenazas previas de Maciel hacia Rojas. Entre las pruebas clave, se destacó el testimonio de una de las hijas del matrimonio, quien afirmó que en una ocasión su padre amenazó a su madre con las palabras: “Te voy a mandar a matar”.
El tribunal encontró a Maciel culpable de femicidio agravado por el vínculo, alevosía, promesa remunerativa y en contexto de violencia de género. La relación entre Maciel y Rojas había terminado de manera conflictiva tras 30 años de matrimonio. Antes del crimen, Rojas había solicitado el divorcio y una medida de restricción de acercamiento debido a los abusos y violencia de género que sufría por parte de Maciel.
El asesinato
El femicidio ocurrió la noche del 2 de octubre de 2021, cuando Juana Rosa Rojas atendía el pequeño kiosco que había montado en su domicilio durante la pandemia de COVID-19. Dos hombres en motocicleta llegaron a su casa, ubicada en el complejo 50 Viviendas, simulando ser clientes interesados en comprar una gaseosa. Cuando Rojas se acercó a la reja para atenderlos, los agresores le dispararon a quemarropa con un arma de calibre .32, propinándole cuatro disparos que le causaron la muerte en el acto.
El asesinato ocurrió en medio de una oscuridad mayor a la habitual, debido a que la luz de un poste de alumbrado público cercano no funcionaba, lo que facilitó la fuga de los sicarios en motocicleta hacia un asentamiento cercano.
Pruebas y condena
Las investigaciones revelaron que Maciel había solicitado préstamos bancarios y en una casa de créditos privada poco antes del crimen, lo que sustentó la hipótesis de que esos fondos fueron destinados al pago de los sicarios. Además, en su automóvil se encontraron fotografías de Juana Rosa, que se cree fueron entregadas a los asesinos para identificar a la víctima.
A pesar de las pruebas circunstanciales que rodeaban a Maciel, su defensa, liderada por el abogado Luis Zárate, argumentó la falta de evidencias directas que lo conectaran con los autores materiales del crimen. No obstante, la contundencia de los testimonios y la investigación llevó al tribunal a condenarlo.
El caso, que fue investigado inicialmente por la Fiscalía de Instrucción 4 y luego por la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas, giró en torno a Maciel desde el principio como el autor intelectual del crimen. Pese a ello, los sicarios no han sido identificados, y uno de los principales sospechosos fue detenido dos semanas después del asesinato, pero liberado por falta de pruebas que lo vincularan directamente con el hecho.
Pedido de Justicia
En sus últimas palabras antes de escuchar la sentencia, Maciel mantuvo su inocencia y pidió que se continuara investigando para identificar a los asesinos materiales del crimen. La lectura de los fundamentos de la sentencia fue programada para el jueves 17 de octubre. Además, el tribunal solicitó enviar copias del fallo al Juzgado 1 para que continúe la investigación con el objetivo de identificar a los coautores del asesinato.
La condena a Maciel por femicidio en contexto de género representa un avance en la lucha contra la violencia de género en Corrientes, aunque deja abierta la búsqueda de los responsables materiales que aún no han sido capturados.