Un respiro para el sector agropecuario
La reducción en las retenciones llega en un momento crítico para los productores agropecuarios. Los precios internacionales de la soja, uno de los principales cultivos exportados por Argentina, han caído un 27% respecto al promedio de las últimas dos décadas, alcanzando en diciembre de 2024 un promedio de 361 dólares por tonelada, el nivel más bajo desde 2006.
Según datos de la Fundación Mediterránea, los productores de la región núcleo se enfrentan a una carga tributaria del 64% sobre la renta agrícola, de la cual los derechos de exportación representan el 44%. Esta combinación de precios deprimidos y alta presión fiscal ha afectado severamente la rentabilidad del sector, dificultando inversiones y operaciones.
La medida será oficializada mediante un decreto que se publicará el lunes, con nuevas alícuotas que buscarán equilibrar las finanzas del sector con las necesidades fiscales del Estado.
Reacciones y demandas del sector
El ministro de Economía, Luis Caputo, subrayó que esta decisión busca no solo aliviar al agro, sino también incrementar los recursos coparticipables para provincias y municipios. Además, instó a las jurisdicciones locales a reducir sus impuestos propios para complementar el alivio fiscal:
«Es hora de que las provincias y municipios hagan su parte para aliviar la presión fiscal», declaró Caputo.
Por su parte, la Mesa de Enlace agropecuaria valoró la medida como un paso positivo, pero insistió en avanzar hacia la eliminación total de las retenciones. Entre sus demandas más urgentes se encuentran:
- Un esquema tributario que contempla las particularidades de las economías regionales.
- Financiamiento accesible para inversiones estratégicas en infraestructura y tecnología.
- Una política cambiaría más favorable para el sector exportador.
El contexto internacional y la presión del FMI
El anuncio se da en medio de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que históricamente ha presionado por ajustes en el esquema cambiario y una mayor austeridad fiscal. Sin embargo, el ministro Caputo reafirmó que la política económica será definida por el Gobierno argentino, destacando que la baja de retenciones es parte de una estrategia para fomentar el crecimiento y la inversión en el sector productivo.
A nivel internacional, la caída de los precios de la soja ha reducido el poder adquisitivo de los productores en casi un 30%, aumentando la urgencia de medidas paliativas.
Impacto fiscal y proyecciones económicas
La reducción de retenciones tendrá un costo fiscal estimado de 800 millones de dólares, lo que representa un desafío en un contexto de recursos limitados. Según el Ministerio de Economía, la posibilidad de avanzar hacia una eliminación total de las retenciones dependerá de un crecimiento económico sostenido que permita compensar la pérdida de ingresos fiscales.
El Gobierno proyecta un crecimiento del PBI del 5% en 2025, lo que generaría una recaudación adicional equivalente a 1,2 puntos del PBI. No obstante, el consenso de mercado es más conservador, estimando un crecimiento cercano al 4%, lo que podría limitar el margen de maniobra fiscal.
Perspectivas y desafíos futuros
Aunque la reducción de las retenciones representa un alivio para el sector agropecuario, la sostenibilidad de esta política dependerá de la capacidad del Gobierno para fomentar un crecimiento económico robusto y mejorar la eficiencia recaudatoria.
El camino hacia una eliminación total de las retenciones requeriría un superávit fiscal de 8.000 millones de dólares, una meta ambiciosa pero necesaria para descomprimir la carga impositiva sobre uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina.
En este contexto, el Gobierno deberá equilibrar cuidadosamente las demandas del sector agropecuario con la necesidad de mantener la estabilidad fiscal y cumplir con los compromisos internacionales, en un esfuerzo por construir un modelo económico más sostenible y competitivo.