En una medida que marca un antes y un después en materia de tránsito y modernización del Estado, el Gobierno nacional puso en marcha una profunda reforma en el sistema de licencias de conducir. A partir de ahora, tanto la obtención como la renovación del carnet podrá realizarse completamente en forma remota, eliminando trámites presenciales y permitiendo una gestión más ágil, federal y segura.
El cambio —que modifica aspectos clave de la Ley Nacional de Tránsito— incluye la emisión de la licencia en formato digital con validez en todo el territorio argentino. Si bien la versión física seguirá estando disponible para quien así lo desee, ambas tendrán la misma validez legal y se encontrarán integradas a los sistemas de control y fiscalización de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Una de las principales novedades es la digitalización de todo el proceso: desde la carga de la documentación requerida hasta la presentación del certificado de aptitud psicofísica, que deberá ser expedido por un profesional médico registrado y habilitado por la ANSV. Este esquema apunta a facilitar el acceso al carnet, reducir la burocracia, y garantizar controles más precisos y trazables.
La medida, enmarcada en una política de simplificación y eficiencia estatal, representa un avance significativo en la digitalización de servicios públicos. Además, el nuevo sistema busca aumentar la transparencia, combatir la discrecionalidad en la emisión de licencias y elevar los estándares de seguridad vial.
El Gobierno asegura que se trata de un paso más en la modernización de la administración pública, con impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos, y con una mirada puesta en el futuro: un Estado ágil, accesible y enfocado en resultados concretos.