Susana Giménez, en una entrevista con Jonatan Viale para TN, volvió a manifestar su descontento con los gobiernos kirchneristas y confirmó su decisión de instalarse definitivamente en su casa de Punta del Este, conocida como «La Mary». La icónica conductora de 81 años afirmó que se sintió perseguida por las gestiones anteriores y sostuvo que «no quería vivir en Argenzuela».
Aunque actualmente apoya al gobierno de Javier Milei, Susana dejó en claro que aún tiene dudas sobre su regreso a la Argentina debido a la inseguridad. En ese contexto, recordó el brutal asesinato de su amigo y decorador, Gustavo Lanzavecchia, quien fue víctima de un violento robo en su vivienda en Lomas del Mirador en 2009. «Fue una muerte horrorosa. Lo ataron, lo apuñalaron y lo arrojaron a una pileta», expresó conmocionada.
Fiel a su estilo, la diva reafirmó su polémica postura sobre la pena de muerte. «El que mata tiene que morir. Porque es de Dios únicamente el derecho de quitarnos la vida», sentenció. Susana también hizo referencia al reciente asesinato de un repartidor en Moreno y reiteró la necesidad de medidas más severas contra la delincuencia.
Para combatir la creciente criminalidad en el país, la conductora sugirió la construcción de una cárcel similar a la de Nayib Bukele en El Salvador. «Casi no hay cárceles y la que existía en el sur, que era para este tipo de casos, ya no existe más», concluyó.
Las declaraciones de Susana Giménez reavivaron el debate sobre la inseguridad y las políticas de mano dura, un tema que sigue generando controversia en la sociedad argentina.