Máximo Kirchner y su núcleo duro
Durante la primera parte de la jornada, Máximo Kirchner encabezó la marcha junto a su círculo más cercano. A su lado caminaron intendentes de La Cámpora, como Mayra Mendoza (Quilmes), Julián Álvarez (Lanús), Federico Otermin (Lomas de Zamora), Mariel Fernández (Moreno) y Gustavo Menéndez (Merlo). También se sumaron dirigentes más cercanos al kirchnerismo, como Gastón Granados (Ezeiza) y Federico Achával (Pilar).
Entre las presencias más llamativas estuvo la de Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, quien se ha convertido en una pieza clave dentro de la estrategia de La Cámpora para debilitar el control territorial de Fernando Espinoza en La Matanza. Espinoza, alineado con Axel Kicillof, es uno de los principales opositores internos de Máximo dentro del peronismo bonaerense.
Kicillof marcó territorio con su propia movilización
Más tarde, la movilización sumó la presencia de Axel Kicillof y los intendentes y funcionarios que desafían la conducción de Máximo Kirchner en el PJ bonaerense. El gobernador decidió hacer su propio juego y llevar la disputa interna al acto del 24 de marzo, en un nuevo capítulo de la puja por el liderazgo del peronismo en la provincia de Buenos Aires.
En este marco, Kicillof visitó la sede de Madres de Plaza de Mayo y viajó con ellas en combi hasta la Plaza de Mayo, donde se congregaron las columnas del Movimiento Derecho al Futuro, una agrupación que impulsa su proyecto presidencial.
Acompañando al gobernador estuvieron figuras clave del “axelismo”, como Jorge Ferraresi (intendente de Avellaneda), Juan Cuattromo (presidente del Banco Provincia) y Andrés Larroque (líder de La Patria es el Otro). Además, Gabriel Katopodis (ministro de Obras Públicas bonaerense) organizó la movilización desde San Martín, trasladando a los militantes en tren hasta la ciudad de Buenos Aires.
Cánticos contra Kicillof y la fractura del peronismo
Las tensiones dentro del peronismo se hicieron evidentes cuando militantes de Principios y Valores, el partido de Guillermo Moreno, entonaron cánticos contra Axel Kicillof y Cristina Kirchner.
«Escúchenlo, escúchenlo, escúchenlo, no es con Cristina, ni Kicillof, es con Moreno la pu… que los parió», corearon los seguidores del exsecretario de Comercio, marcando su rechazo al actual liderazgo del kirchnerismo.
Mientras tanto, en los alrededores de Plaza de Mayo apareció Pablo Moyano, quien se mantiene como uno de los pocos dirigentes que no se encolumnan en la disputa bonaerense y busca posicionarse como un actor independiente dentro del peronismo.
Conclusión: una marcha teñida de internas
Lo que debió ser una jornada de memoria y unidad terminó siendo una demostración de la fragmentación del peronismo. La pelea por el liderazgo del PJ bonaerense, con Máximo Kirchner y Axel Kicillof como principales contendientes, sigue escalando, y el 24 de marzo dejó en claro que las diferencias son cada vez más difíciles de disimular.
Mientras La Cámpora busca consolidar su dominio territorial, Kicillof apuesta a ampliar su estructura de poder con miras al 2027, y en el medio, otros sectores del peronismo comienzan a desafiar la conducción kirchnerista.
El peronismo bonaerense atraviesa uno de sus momentos más tensos en años, y la marcha del 24 de marzo no hizo más que exponer públicamente las grietas internas de un espacio que aún no encuentra una estrategia común para el futuro.