La Unión Cívica Radical (UCR) concluye el 2024 enfrentando una creciente fragmentación interna. Las diferencias estratégicas y discursivas dentro del partido quedaron expuestas tras la reunión que 13 diputados radicales, liderados por Rodrigo De Loredo, mantuvieron con el presidente Javier Milei en Casa Rosada.
El encuentro, que buscaba coordinar acciones legislativas y fortalecer la comunicación entre el gobierno y los bloques opositores, generó duras críticas dentro del radicalismo. El diputado formoseño Fernando Carbajal calificó la reunión como “la foto de la vergüenza”, acusando a sus colegas de actuar como oficialistas al servicio del gobierno libertario. «Las medias de Javier y Karina [Milei] empapadas de tanta succión», escribió Carbajal en Twitter, acompañado de la imagen del encuentro.
Denuncias de acercamientos políticos
La polémica no solo se limitó a las críticas públicas. En los pasillos del Congreso, trascendió que algunos de los presentes en la reunión, como el tucumano Mariano Campero, habrían insinuado la posibilidad de una alianza electoral entre la UCR y La Libertad Avanza (LLA). Campero defendió su postura, argumentando que «cada distrito es un mundo» y que la estrategia electoral puede variar según las necesidades locales. Sin embargo, esta idea fue desmentida por otros legisladores presentes, quienes aseguraron que el tema no se discutió formalmente.
Por su parte, el diputado correntino Federico Tournier y su par Manuel Aguirre también quedaron bajo el foco de las críticas. Según operadores políticos, Tournier estaría explorando un posible acercamiento con LLA en Corrientes de cara a las elecciones provinciales de 2025, un movimiento que podría asegurarle respaldo libertario en su provincia.
Fracturas en el bloque radical
La reunión dejó expuestas las tensiones entre los sectores más moderados de la UCR, representados por figuras como Martín Tetaz y Karina Banfi, quienes evitaron asistir al encuentro, y los más alineados con una postura de colaboración con el gobierno de Milei, encabezados por De Loredo.
Los legisladores más críticos, como Carbajal y Aguirre, exigieron una posición más firme frente al gobierno y denunciaron la falta de un debate interno sólido en el radicalismo. «No podemos actuar como una colectora del gobierno libertario o terminaremos igual que el PRO», afirmó Aguirre, cuestionando la tibieza de algunos dirigentes.
Proyecciones para 2025
Mientras algunos sectores radicales consideran que una alianza con Milei podría fortalecer su posición electoral en ciertas provincias, otros ven en esta estrategia un riesgo de diluir la identidad histórica del partido. El liderazgo nacional de la UCR enfrenta el desafío de reunificar criterios de cara a las elecciones provinciales y nacionales de 2025, en un contexto donde los libertarios buscan consolidar su poder territorial.
La incertidumbre en torno a una posible alianza con LLA refleja el dilema central del radicalismo: ¿debe priorizar una estrategia pragmática que asegure cargos y espacios de poder, o mantenerse como una fuerza opositora clara frente al gobierno de Milei?
Con el 2025 a la vuelta de la esquina, el radicalismo se enfrenta a una encrucijada política que definirá no solo su futuro inmediato, sino también su rol en el panorama político argentino.