La moneda de oro de US$10 emitida en 1849 por la Oregon Exchange Company, perteneciente a la serie “Territorials” y conocida como “Oregon Gold” o “Dinero de Castor”, se convirtió en una de las piezas más codiciadas del coleccionismo estadounidense. Aun en estados de conservación bajos puede superar el medio millón de dólares y en ejemplares casi intactos alcanzar el millón.
La serie de monedas conocidas como Territorials forma parte de un conjunto de acuñaciones privadas realizadas en distintos puntos de EE.UU. durante el siglo XIX. De acuerdo con el Servicio Profesional de Calificación de Monedas (PCGS, por sus siglas en inglés), estas piezas surgieron como respuesta a la falta de circulante oficial y tuvieron una función práctica en su momento.
Dentro de esta categoría, la emisión de oro de US$10 acuñada en Oregon en 1849, popularmente llamada “Dinero de Castor” por el animal grabado en su anverso, se distingue como una de las más valiosas. Aunque gran parte de la tirada fue fundida, algunos ejemplares sobrevivieron y llegaron a alcanzar precios elevados en casas de subastas internacionales.
El término Territorial engloba monedas producidas por particulares, compañías o asociaciones que cubrieron una necesidad monetaria en áreas donde el gobierno federal no ofrecía soluciones inmediatas. Estas emisiones comenzaron en Georgia y Carolina del Norte a inicios del siglo XIX, tras el descubrimiento de yacimientos auríferos en California.
En 1830, Templeton Reid, un orfebre de Georgia, emitió piezas de US$2,50, US$5 y US$10. Aunque respetaban el peso teórico, contenían menos oro del requerido, lo que deterioró su aceptación rápidamente. Poco después, se produjeron ejemplares más confiables en denominaciones de US$1, US$2,50 y US$5, utilizadas en la región hasta mediados de la década de 1850.
En Oregon, el vacío monetario fue cubierto por la Oregon Exchange Company, un grupo privado que decidió acuñar su propio circulante a partir de marzo de 1849. Según agrega el Museo Nacional de Historia Americana, la primera emisión consistió en denominaciones de US$5, seguidas poco después por las de US$10.
Si bien la población las aceptaba de manera limitada, la presión sobre el gobierno llevó a la instalación de la Casa de la Moneda de San Francisco en 1854, que desplazó a las emisiones particulares.
Las monedas se acuñaron sin mezcla artificial de plata o cobre, lo que resultó en piezas de oro nativo con variaciones de color y pureza según el origen del mineral. Este detalle provocó que fueran más blandas y susceptibles al desgaste frente a piezas federales más duras.
Los ejemplares de US$5 pesaban 130 gramos, mientras que los de US$10 duplicaban esa cantidad. En la práctica, su contenido de oro superaba en un 8 a 10% a las piezas oficiales, lo que garantizó su circulación pese a las irregularidades. Esa diferencia también incentivó la fundición para recuperar el metal.
Para poder identificar un ejemplar auténtico se debe observar:
La iconografía de las monedas, en especial la figura del castor, dio origen al apodo Beaver Money o Dinero de Castor. Este animal se convirtió más tarde en símbolo oficial del estado de Oregon, lo que reforzó el vínculo histórico entre la pieza y la región.
Las monedas de US$10 de Oregon son consideradas entre las más difíciles de encontrar dentro de la serie Territorials. Se conocen alrededor de 15 ejemplares, algunos en museos y otros en colecciones privadas.
De acuerdo con la guía de precios de PCGS, una pieza calificada como VF20, grado que corresponde a Very Fine, es decir, con desgaste evidente, pero detalles reconocibles, puede alcanzar valores por US$400 mil. En grados más altos, los precios se multiplican.
Un ejemplar catalogado como AU55 (Almost Uncirculated), con apenas señales de circulación, alcanzó los US$340.750 en una subasta de Heritage Auctions. Por otro lado, las piezas en estado XF40 (Extremely Fine), que conservan la mayor parte de los detalles, podrían superar los US$500 mil, mientras que las mejor conservadas podrían alcanzar hasta US$1 millón.
El atractivo de estas monedas reside en su historia y en la escasez de ejemplares disponibles. A diferencia de otras series estadounidenses, como la Draped Bust o Double Eagle, donde la cotización depende principalmente del estado de conservación, las piezas de Oregon pueden alcanzar precios de seis o siete cifras, incluso en condiciones de circulación media.
Los criterios de graduación empleados por las compañías certificadoras como PCGS o NGC, que van desde VF (Very Fine) hasta MS (Mint State), influyen directamente en la valoración final. Sin embargo, el simple hecho de ser un ejemplar auténtico de la Oregon Exchange Company garantiza un precio elevado en el mercado.
Hoy, cualquier aparición de un Dinero de Castor en subasta genera expectativa entre coleccionistas especializados, ya que las oportunidades de adquirir uno son muy limitadas y los precios tienden a incrementarse con cada venta registrada.