En un movimiento de alto impacto político y económico, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habría decidido eximir de aranceles a una lista de 100 productos argentinos, en el marco de su nueva estrategia comercial global. Esta medida beneficiaría entre el 70% y 80% de las exportaciones actuales de Argentina hacia el mercado estadounidense, y posicionaría al país como una excepción en medio de la guerra arancelaria que afecta a más de 170 naciones.
El acuerdo, que se negocia desde hace tres meses bajo un estricto hermetismo, fue confirmado por fuentes oficiales en Washington y Buenos Aires. Bajo cláusulas de confidencialidad firmadas entre las partes, los equipos técnicos del Departamento de Estado, la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), y la Secretaría de Comercio, junto con el Ministerio de Economía y la Cancillería argentina, avanzaron en un entendimiento que podría redefinir la relación bilateral.
El pacto excluye al acero y al aluminio, que seguirán pagando aranceles del 50%, considerados productos estratégicos por la administración Trump. No obstante, Argentina exportó en 2024 unos 630 millones de dólares en esos dos rubros, por lo que el alivio arancelario en el resto del comercio bilateral representa un impulso significativo.
La clave de este acercamiento fue la afinidad ideológica y el vínculo directo entre los presidentes Javier Milei y Donald Trump. Según diplomáticos consultados, el canciller Gerardo Werthein y el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, mantuvieron reuniones clave que allanaron el camino para el acuerdo. La comunicación entre ambos gobiernos ha sido fluida y constante, lo que permitió a la Argentina evitar el nuevo arancel general del 10% anunciado por Trump, que entrará en vigor a partir del 1° de agosto para la mayoría de los países.
Mientras Trump enviará cartas formales a más de 100 países notificando la nueva estructura de importaciones, Argentina será una excepción. El anuncio oficial del entendimiento entre ambos gobiernos se espera para las próximas 72 horas, una vez finalizados los detalles técnicos y diplomáticos.
Este gesto de Washington hacia Buenos Aires no solo representa un hito económico, sino también un respaldo político explícito al liderazgo de Milei, en un contexto internacional complejo y con tensiones crecientes en el comercio global.