La tranquila localidad de Loreto, en Corrientes, se vio sacudida por una historia que parece sacada de una película. Germán Kiszka, ex diputado provincial de Misiones y prófugo de la justicia imputado por distribución de material pedófilo, logró esconderse en este pequeño poblado durante una semana, a pesar de que no cambió en absoluto su aspecto físico.
Kiszka, quien estaba siendo intensamente buscado por las autoridades nacionales e internacionales, llegó a Loreto el 21 de agosto, tras un viaje de 200 kilómetros desde Apóstoles, Misiones, en un Toyota Corolla registrado a nombre de su padre. A lo largo de su estancia, Kiszka caminaba tranquilamente por la comuna, incluso participando en los festejos por el Día del Niño en la plaza principal del pueblo. Nadie en Loreto, un lugar donde todos se conocen, lo identificó, salvo una mujer que, debido a la falta de electricidad en su casa, no había visto las noticias sobre el prófugo.
El relato de cómo Kiszka logró pasar desapercibido es casi surrealista. A pesar de llevar la misma barba, el mismo color de cabello y la misma vestimenta que en las fotos distribuidas por la justicia, el ex legislador misionero se mimetizó con la comunidad. Se alojó en un camping municipal, gestionado por el ayuntamiento local, que estaba en refacción. Durante su estancia, un empleado del lugar le facilitaba un teléfono móvil para comunicarse, lo que ahora está siendo investigado por la justicia.
El punto de quiebre en esta historia llegó el miércoles 28 de agosto, cuando Julia, una vecina de Loreto que había establecido un vínculo con Kiszka durante sus visitas al camping, reconoció su rostro en una transmisión televisiva mientras visitaba a una pariente. Inmediatamente, alertó a la policía local, que al acudir al camping comprobó que el hombre más buscado del país estaba allí, justo donde había pasado los últimos días.
El caso ha generado una ola de interrogantes en Loreto. Los concejales de la oposición al intendente local están presionando para esclarecer si todo fue un engaño orquestado por Kiszka o si hubo complicidad por parte de los locales. Mientras tanto, la detención del ex legislador abre la puerta a nuevas investigaciones, no solo sobre su estancia en Loreto, sino también sobre su posible conexión con una red internacional de pedofilia.