El panorama financiero de las universidades públicas argentinas se encuentra en estado crítico tras el anuncio de un significativo recorte en el presupuesto para 2025. Esta semana, el rector de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) reconoció que la unidad académica sufrirá una pérdida de $55.000 millones en los próximos dos años, lo que ha obligado a la paralización de obras y a priorizar los salarios de docentes y personal no docente en sus facultades de Corrientes, Chaco y Misiones.
En este contexto, la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN) convocó a un paro sin asistencia a los lugares de trabajo para el jueves 26 de septiembre. La medida se presenta como respuesta directa a la confirmación, por parte del presidente Javier Milei, de que vetará la Ley de Financiamiento Universitario aprobada recientemente por el Senado, lo que ha generado un fuerte rechazo en el sector educativo.
Además del paro, las jornadas previas estarán marcadas por acciones de visibilización del conflicto. El martes 24 de septiembre, la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires (APUBA) y la Asociación de Docentes de la UBA (ADUBA) organizarán un abrazo simbólico al Hospital de Clínicas, y al día siguiente, miércoles 25 de septiembre, representantes de ambas asociaciones asistirán al Consejo Superior de la UBA.
Las universidades de todo el país, como la UNNE, ya están ajustando sus planes para los próximos meses con el objetivo de hacer frente a la falta de recursos. Sin embargo, la preocupación es generalizada ante un futuro incierto, donde las obras paralizadas y los recortes afectarán el normal funcionamiento de las instituciones. Las protestas de octubre prometen ser la culminación de una serie de acciones de resistencia que buscan garantizar la financiación necesaria para la educación pública y la estabilidad del sector universitario.