En plena antesala de la carrera hacia la sucesión del gobernador Gustavo Valdés, el ministro secretario general de la Gobernación, Carlos Vignolo, ofreció definiciones clave sobre el presente y el futuro del armado político oficialista en Corrientes. Con tono mesurado pero de fondo estratégico, destacó que el proceso sucesorio será colectivo, con vocación pluralista y apertura al diálogo nacional, aunque marcando límites concretos en relación a sectores del kirchnerismo.
«Afortunadamente la UCR tiene hombres y mujeres valiosos para liderar el proceso, pero esto es un proceso colectivo», señaló Vignolo, despejando cualquier especulación prematura sobre candidaturas. Reforzó así la idea de un liderazgo que emerja desde las bases del consenso interno, sin imposiciones, afirmando que «habrá una construcción natural con el reconocimiento de liderazgos».
El funcionario también puso énfasis en la necesidad de avanzar hacia el futuro con propuestas renovadas: “Lo que hay que valorar es lo que vamos a mostrar a futuro. Es necesario renovar ideas y propuestas con una idea de futuro que contenga a la gente”. Allí quedó clara una consigna: la renovación no solo será de nombres, sino también de ideas.
Vignolo reconoció además que hay disposición para acuerdos con el oficialismo nacional, aunque aclaró que “eso no depende de nosotros”. La vocación de diálogo se mantiene, sostuvo, siempre y cuando existan “referentes con un perfil de trabajo”, incluso si provienen del kirchnerismo, aunque remarcó que como fuerza, el límite sigue siendo el núcleo duro de ese espacio.
En esa línea, defendió el espacio de Vamos Corrientes como una alianza plural y abierta, que se ha consolidado como coalición de gobierno y que busca seguir siendo el eje articulador del desarrollo provincial: “Estamos trabajando en una alianza donde la UCR aporta de manera importante, convocando a todos los que tengan una visión de qué hacer en la provincia”.
Consciente de que el escenario político entra en una etapa de reconfiguración, Vignolo admitió que “en un año político hay una reconfiguración, de gente que entra o sale de la alianza”, pero llamó a poner el foco en los acuerdos: “Hay que tener la inteligencia de poner el énfasis en las coincidencias”.
Finalmente, marcó con claridad las bases de una gestión ordenada, con una orientación económica firme: “Coincidimos en trabajar en el equilibrio fiscal, no gastar más de lo que se tiene y no comprometer el futuro solo por demagogia”.
El mensaje de Vignolo no solo responde a la coyuntura, sino que empieza a delinear un mapa de renovación política con contención y orden, donde el liderazgo futuro deberá surgir del consenso interno, con proyección nacional pero con una fuerte identidad local.