La disputa por la expropiación de YPF en 2012 reavivó una fuerte confrontación política entre el presidente Javier Milei y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, tras el fallo de la Justicia estadounidense que ordenó a la Argentina entregar el 51% de sus acciones en la petrolera estatal como parte de una millonaria indemnización.
Milei responsabilizó directamente a Kicillof por el perjuicio económico, llamándolo “inútil soviético” y recordando su rol como ministro de Economía durante el segundo mandato de Cristina Kirchner. “Haber llegado a esta situación es responsabilidad del inútil soviético de Kicillof”, escribió el mandatario en su cuenta de X, acusándolo de arruinar la economía nacional y, actualmente, “destruir” la provincia de Buenos Aires.
Kicillof, por su parte, respondió con dureza desde la misma red social. Titulando su publicación como “La entrega avanza”, el gobernador bonaerense denunció que el Presidente “se pone del lado de los fondos buitre” y “defiende los intereses de los Estados Unidos y de las empresas extranjeras”. Además, advirtió que el verdadero objetivo del Gobierno es avanzar con la privatización de YPF.
“Lo más peligroso no es solo la intromisión en nuestra soberanía, sino que el propio presidente argentino elija estar del lado de los poderes extranjeros y no del lado de los intereses nacionales”, sostuvo. También vinculó el fallo con los frecuentes viajes de Milei a Estados Unidos, cuestionando: “¿No se nota mucho?”.
Kicillof acusó además al mandatario de «pavear en un canal de streaming disfrazado con un mameluco de YPF» mientras se define el futuro de la empresa. Y señaló que José Luis Espert, diputado de La Libertad Avanza, “confesó sin disimulo” la intención de privatizar la compañía.
En su posteo, Milei también aseguró que su administración apelará “en todas las instancias que corresponda para defender los intereses nacionales”, pese a sus críticas al kirchnerismo. En ese marco, calificó a la expropiación como una “maniobra ruin” impulsada por el «peor gobierno de la historia», rematando con su estilo provocador: “¡Yo avisé que el soviético es un pelotudo!”.
Mientras la causa avanza en tribunales internacionales, el conflicto político doméstico por el control y futuro de YPF sigue escalando, con acusaciones cruzadas sobre soberanía, intereses extranjeros y responsabilidad histórica.
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