La tensión entre Israel e Irán alcanzó este viernes un nuevo punto de no retorno tras una serie de ataques cruzados que dejaron múltiples víctimas, una lista creciente de heridos y un clima de incertidumbre global. Todo comenzó con lo que el gobierno israelí definió como un “ataque preventivo” sobre instalaciones nucleares en territorio iraní, que desató una feroz respuesta de la república islámica.
En la madrugada, casi 200 misiles iraníes impactaron en las ciudades de Tel Aviv, Jerusalén y otras zonas del Estado judío. El saldo preliminar es de al menos 35 heridos y daños severos en infraestructura urbana, según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
La ofensiva israelí continuó pocas horas después con el despliegue de drones que atacaron el sistema de defensa y el aeropuerto de Teherán, además de objetivos militares y científicos. Las autoridades iraníes confirmaron la muerte de tres altos mandos de su estructura de defensa y seis científicos vinculados al programa nuclear. Además, al menos 95 personas resultaron heridas.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, aseguró que su país no tolerará “este crimen” y advirtió que Israel “abrirá las puertas del infierno”. A estas declaraciones se sumó la voz del líder supremo Alí Jamenei, quien prometió una “doblegación total del régimen sionista” y garantizó que “el pueblo puede estar seguro de que no habrá negligencia”.
En paralelo, Israel activó su “Operación Nación de Leones”, una campaña militar que, según el portavoz del Ejército Effie Defrin, será “prolongada, ordenada y gradual”, sin revelar aún la totalidad de los objetivos. En tanto, el ministro de Defensa, Israel Katz, declaró el estado de emergencia nacional, y el primer ministro Benjamín Netanyahu convocó al gabinete de seguridad en Jerusalén.
La respuesta iraní fue calificada como una “declaración de guerra” y dejó un alto costo humano y simbólico. Entre los fallecidos se encuentran Hossein Salami (jefe de la Guardia Revolucionaria), Mohammad Bagheri (jefe del Estado Mayor) y Gholam Ali Rashid (comandante de emergencias militares), quienes ya fueron reemplazados por oficiales de confianza del régimen. También se confirmó la muerte del exdirector de la Organización de Energía Atómica, Fereydoon Abbasi.
Como medida preventiva, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel cerró todas sus embajadas en el mundo y suspendió los servicios consulares. Además, pidió a sus ciudadanos en el extranjero que informen su paradero, mientras se ordenó el cierre total del espacio aéreo nacional.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación una escalada que podría tener consecuencias regionales e incluso globales. Las próximas horas serán determinantes para saber si los canales diplomáticos logran activarse o si Oriente Medio se encamina a una guerra abierta sin precedentes en las últimas décadas.
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