Durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el presidente ruso Vladímir Putin expresó su profunda preocupación por el riesgo creciente de una Tercera Guerra Mundial, señalando a los conflictos en Ucrania y especialmente en Medio Oriente como focos potenciales de escalada global.
Putin fue tajante al responsabilizar a la OTAN por su “neocolonialismo occidental” y su negativa a considerar las preocupaciones de seguridad de Rusia. También criticó con dureza el operativo israelí contra Irán, advirtiendo sobre las «consecuencias catastróficas» si se concreta una amenaza de asesinato al líder supremo iraní, Ali Khamenei.
Sobre Ucrania, reafirmó su posición tradicional: “Toda Ucrania es nuestra. Donde pisa un soldado ruso, es nuestro territorio”. Esta declaración encendió nuevamente las alarmas en la comunidad internacional sobre sus verdaderas intenciones geopolíticas.
La tensión se multiplica a nivel regional con el intercambio de ataques entre Israel e Irán, que ya dejó centenares de muertos. Rusia denunció la inacción de la comunidad internacional frente a los ataques a instalaciones nucleares iraníes, advirtiendo que el mundo está “a milímetros de una catástrofe”.
A pesar de las advertencias, Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, rechazó el ofrecimiento de mediación de Rusia. «Medie en sus propios problemas primero», fue la respuesta que trascendió desde Washington.
Desde el Kremlin, se aseguró que ya se presentaron propuestas diplomáticas a las partes en conflicto, aunque expertos señalan que Moscú busca preservar su influencia sin comprometerse militarmente, debido al desgaste por la guerra en Ucrania. Analistas rusos ven, incluso, la crisis como una oportunidad para distraer la atención internacional y forzar a EE.UU. a desviar recursos hacia Medio Oriente.
Con el riesgo de un colapso en Irán —socio clave en la región— Rusia teme también un retroceso estratégico y económico, especialmente en inversiones energéticas y presencia geopolítica en el Cáucaso y Asia Central.
Por eso, junto a China y Pakistán, Rusia pidió una nueva reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras se desarrollan negociaciones nucleares en Ginebra sin participación estadounidense.
El Ministerio de Exteriores ruso concluyó su comunicado advirtiendo que Israel está saboteando los esfuerzos diplomáticos y que algunos Estados “actúan como cómplices motivados por intereses oportunistas”, acercando al mundo a un choque nuclear inminente.